Este jueves, 21 de febrero, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha clausurado el curso de formación sobre Matrimonio y Familia de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, destinado a sacerdotes, diáconos, miembros de institutos de vida consagrada y de los tribunales eclesiásticos, canonistas, matrimonios y agentes de pastoral familiar.
Acompañado por el prelado auditor del Tribunal de la Rota Romana, Alejandro Arellano; el rector de la UESD, Javier Prades, y el decano de la Facultad de Derecho Canónico de la UESD, Roberto Serres, el purpurado ha subrayado que la familia «es algo esencial» y, advirtiendo que «no podemos desvincular al matrimonio de la familia y de la vida», ha recordado que «no hay futuro sin familia».
«Es necesario ocuparnos con todas nuestras fuerzas», ha reconocido, porque es una institución «generadora de vida», y lo es «no solo porque traiga hijos al mundo, sino porque genera vida recreando su ser íntimo».
A la luz de Amoris laetitia
Ante un auditorio repleto, el cardenal ha destacado «el esfuerzo y la hondura» que ha llevado a cabo la organización en este curso; centrado, por una parte, en «la eclesiología del Papa Francisco sobre el matrimonio y la familia» y, por otra, en «la reforma procesal del matrimonio».
En esta misma línea, antes de guiar el rezo del ángelus que pondría fin a estas jornadas, ha incidido en la importancia de la exhortación apostólica Amoris laetitia, y ha animado a los presentes a «tener los criterios de esa aplicación, de acuerdo con la interpretación que la Rota Romana ha hecho en cuanto al tema de los matrimonios». Un tema, sin duda alguna, «esencial», para la Iglesia de hoy.