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Jueves, 30 abril 2020 13:53

Más de 400 familias de San Fermín, Orcasitas y El Espinillo reciben ayuda desde Madre del Buen Pastor

Más de 400 familias de San Fermín, Orcasitas y El Espinillo reciben ayuda desde Madre del Buen Pastor

Desde el inicio de esta situación excepcional que estamos viviendo a causa de la pandemia del COVID-19, el número de familias con necesidades se ha disparado.

Para atender las de la zona de San Fermín, Ciudad de los Ángeles y El Espinillo, se ha llegado a un acuerdo con el Banco de Alimentos, en coordinación con Servicios Sociales.

La parroquia Madre del Buen Pastor (San Mario, 81), de los Misioneros del Verbum Dei, disponía de un espacio acondicionado como almacén donde se guardaban los productos que se recibían a través del Banco de Alimentos y de un fondo europeo de ayuda a familias vulnerables. Esta aportación ha tenido que aumentar de forma considerable para poder dar ayuda a más de 400 familias del barrio de San Fermín, Orcasitas y la meseta, y El Espinillo.

Con la colaboración de un considerable número de voluntarios, se preparan los lotes de comida para repartir. Los miércoles, las parroquias de la zona de Orcasitas - San Simón y San Judas, La Preciosa Sangre y San Bartolomé-  se llevan los productos necesarios para distribuir entre las familias vulnerables de sus territorios. Y los jueves, viernes y sábados, se atiende al resto de personas que acuden pidiendo auxilio. Un total de 80 por día, que reciben su lote de productos previa cita, para que el reparto se realice de forma escalonada.

El padre Teodoro Bienvenido Lora es el párroco de Madre del Buen Pastor. Confiesa que se está recuperando del coronavirus, que le llevó a ingresar en el hospital, y a vivir después un tiempo confinado dentro de su propia comunidad. Una vez pasada la enfermedad, se ha puesto al frente de las labores de la parroquia, trabajo que comparte con otro sacerdote religioso y un estudiante de teología de su congregación. Explica que en tiempos normales se realizaba un seguimiento muy detallado y cercano a cada familia que acudía a solicitar ayuda, prestación que recibían en función de sus necesidades o número de miembros. Ahora, aunque el incremento de solicitudes se ha disparado, se intenta mantener la cercanía gracias al trabajo de los voluntarios.