Desde el inicio de esta situación provocada por la pandemia del COVID-19 «se están viviendo situaciones muy dramáticas y dolorosas», asegura la hermana María del Valle, delegada general de la rama de laicos de la Unión Eucarística Reparadora.

Las Misioneras Eucarísticas de Nazaret (Tutor, 15-17) ayudan «ofreciendo alimentos, escucha y, lo más importante, empeño en la oración constante y diaria ante el Santísimo. Tres cauces donde nos sentimos solidarias y con posibilidades para ayudar y colaborar ante esta pandemia tan dramática», explica.

Fieles a su carisma de adoración eucarística, en su oración ante el Sagrario ponen «a todas las personas que están solas, que sufren, que tienen miedo» en estos momentos difíciles y de incertidumbre. Además, intentan «acompañarlas mediante llamadas telefónicas, que requieren dedicación, tiempo y esperanza». Y, como complemento, reparten alimentos a las familias necesitadas. A través de un convenio con el Banco de Alimentos, ofrecían ayuda a familias vulnerables antes del inicio de esta situación. Pero desde el inicio de la crisis, los casos han aumentado, atendiendo también aquellos que llegan derivados de Servicios Sociales o por otros cauces.