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Sábado, 09 enero 2021 09:40

Cardenal Osoro: «El padre Huidobro nos señala caminos para ser testigos del amor, la paz y la concordia»

Cardenal Osoro: «El padre Huidobro nos señala caminos para ser testigos del amor, la paz y la concordia»

Ya es oficial. La causa de beatificación y canonización Fernando Huidobro, sacerdote jesuita y capellán de la Legión ha comenzado. En un solemne acto celebrado este viernes y presidido por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, se ha dado el pistoletazo de salida a la fase diocesana. La causa arranca en Madrid porque es donde falleció el jesuita, pero está promovida por el Arzobispado Castrense y la Compañía de Jesús. 

Un momento, según dijo el purpurado, para dar gracias a Dios en la archidiócesis, «por impulsar este nuevo empeño de promover a la santidad para ejemplo de todos los hombres a este padre jesuita».

El arzobispo de Madrid destacó en su intervención tres aspectos del padre Fernando Huidobro. En primer lugar, que su vida fue «una historia de amor» marcada por la acogida de Jesucristo y vivida en lugares muy diferentes.

En segundo lugar, que en él se da una historia de entrega total a través de la que señala, explicó Osoro, «caminos reales para ser testigos del amor, de la paz y de la concordia que Jesucristo impulsa a entregar».

Finalmente, el purpurado recordó las palabras del padre Huidobro a su hermano Ignacio –«y si es la muerte, será por amor»– y añadió: «Esto que es tan sencillo, no es fácil escribirlo. Y si se escribe es porque se está haciendo. Estamos ante el inicio de un proceso donde la valía más grande es esta, que expresa su propia manera de ser y de vivir. «Y si es la muerte, será por amor»».

Se trata de un itinerario, concluyó el cardenal Osoro, que «nos es válido para todos nosotros, para todo ser humano que quiera hacer algo por esta humanidad, que quiera empeñarse en transformar esta historia, en realizar un programa para que todos tengan vida».

«Entregó su vida a Dios y a España»

Durante el acto también intervino el arzobispo castrense, Juan del Río, que puso en valor su servicio en la Legión como capellán y la huella que dejó y se mantiene hasta nuestros días. «Entregó su vida a Dios y a España. Su memoria está viva. Su fama de santidad la he podido comprobar estos doce años como arzobispo castrense. Siempre que me he encontrado con legionarios, visitado acuartelamientos… nunca ha faltado el recuerdo a su admirado capellán», dijo.

Del Río explicó que han sido muchas las carta llegadas desde distintos lugares donde está presente la Legión pidiendo al Arzobispado Castrense que impulsara la causa paralizada en 1982. Peticiones que también se trasladaron al Papa Francisco.

Tras poner en valor el trabajo de la Legión tanto en misiones internacionales como en nuestro país, Juan del Río definió a Fernando Huidobro como «el capellán de la concordia» y recurrió al padre Arrupe para definirlo: «Fue un sacerdote que llama la atención por su espiritualidad, buen carácter, alegría de corazón… Servicial, sencillo, caritativo, alegre…».

Para el arzobispo castrense, esta disponibilidad y espíritu de servicio los cumplió al ser un capellán «para todos» y auxiliar «a todos sin distinción, a heridos, moribundos y caídos de los dos frentes durante la Guerra Civil.

«El padre Huidobro fue un hombre que no edificó muro, sino que construyó puente, como diría el Papa, que supo ver en los corazones más humildes de los legionarios y de los combatientes del otro frente las virtudes y valores capaces de impulsar al ser humano a realizar los gestos de mayor solidaridad», añadió.

Finalmente se preguntó si no estábamos ante un mártir por la caridad. Y añadió: «Su vida y su muerte dieron ejemplo de ello».

Fama de santidad

Fernando Huidobro nació el 10 de marzo de 1903 en Santander, en el seno de una familia muy religiosa, y fue bautizado al día siguiente. Recibió la Confirmación el 20 de abril de 1904 e hizo la Primera Comunión el 3 de julio de 1911. Era el sexto de nueve hermanos, de los cuales uno fue jesuita y dos, religiosas esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.

Los primeros estudios los hizo en Melilla y el Bachillerato en Madrid. Después de cursar un año preparatorio de Derecho en el Instituto Católico de Artes e Industrias (ICAI) en Madrid, ingresó en la Compañía de Jesús en el noviciado de Granada el 16 de octubre de 1919, haciendo los votos del noviciado el 21 de octubre de 1921. Los años siguientes se dedicó, también en Granada, a los estudios de Humanidades del juniorado (1921-1924) y los de Filosofía (1924-1927). Los tres años de la etapa de Magisterio los hizo en la Casa de Probación de Aranjuez (1927-1929) y en el Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo (1929-1930), en Madrid. Comenzó los estudios de Teología en Oña (Burgos) en octubre de 1930, pero, con la expulsión de los jesuitas de España, tuvo que continuar desde 1932 la Teología en Marneffe (Bélgica) y después en Valkenburg (Holanda), donde fue ordenado presbítero el 27 de agosto de 1933. Terminada la Teología hizo la tercera probación en Braga (Portugal) en el curso 1934-1935.

Destinado como futuro profesor de Filosofía, en el curso 1935-1936 estudió en las universidades de Berlín y de Friburgo (Alemania), donde fue discípulo aventajado de Martin Heidegger. Residiendo en la casa del filosofado español de Les Avins (Bélgica), donde estaba destinado como profesor, comenzó la guerra civil en España y se ofreció al padre general para ir a atender a sus compatriotas, especialmente donde estuvieran los más necesitados y fuera más difícil, prefiriendo en principio la zona leal al Gobierno constituido (lo cual se demostró imposible para un sacerdote).

Puede leer más sobre el padre Huidobro en este artículo de Alfa y Omega.

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