Noticias

Miércoles, 03 febrero 2021 11:30

El arzobispo destaca que las comunidades de vida consagrada son «grandes monumentos»

El arzobispo destaca que las comunidades de vida consagrada son «grandes monumentos»

«Gracias de corazón, […] gracias por vuestra presencia, gracias por vuestra vida». Así se lo expresó el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, a los miembros de vida consagrada presentes en la catedral de la Almudena –y también a los conectados a través de YouTube– para celebrar la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. «Si quitamos las 843 comunidades, presencias de fraternidad, que hay en Madrid, Madrid es distinto», aseguró. Porque «esos son los grandes monumentos que tenemos en Madrid», que «transforman la vida, cambian la existencia, dan colorido y un sabor a esta ciudad y a este mundo diferente».

Con el lema La vida consagrada, parábola de fraternidad en el mundo herido, la catedral de Madrid acogió una Eucaristía presidida por el purpurado y concelebrada por el cardenal Aquilino Bocos, los obispos auxiliares, José Cobo, Santos Montoya, Juan Antonio Martínez Camino, SJ y Jesús Vidal, y cerca de 40 presbíteros. El arzobispo de Madrid saludó de manera especial al inicio de su homilía al padre Elías Rayón, SJ, vicario episcopal para la Vida Consagrada: «Gracias, Elías, por tu trabajo y por tu entrega a favor de la vida consagrada». Una vida compuesta por consagrados que son «presencias de fraternidad», como ha explicado el arzobispo en una carta destinada a las comunidades religiosas. Asimismo, «sois enviados» una vez acogido un carisma «que os ha entusiasmado». «Y ese es vuestro mensaje: vuestra vida fundamentalmente», les recordó, una vida que se formula en obras y en la oración.

Así como la Virgen María y san José presentaron al Niño en el templo, «también vosotros y vosotras os habéis consagrado al Señor porque queréis entregar la luz del Señor, que es lo más importante». «Consagrados al Señor, y viviendo de Él, con Él y por Él», puntualizó. En tercer lugar, les recordó, «somos testigos, acogiendo la vida del Señor y manifestándola con obras». Para ser testigo «hay que tomar al Señor en nuestra vida», como hizo Simeón al coger en brazos al Niño porque en el fondo un testigo, aseguró, es «alguien que acoge con todas las consecuencias a Nuestro Señor Jesucristo y quiere darlo a conocer». Y no solo con palabras, «aunque sean necesarias en algún momento, sino fundamentalmente con la vida».

Vida Consagrada 2021 800x400 3

Amar en gestos concretos

Enviados, consagrados y testigos. ¿Cómo se hace esto?, inquirió el arzobispo de Madrid. «Viviendo lo concreto de nuestra fe», que no es otra cosa que las obras de misericordia. «Ellas son las que entregan y manifiestan al hijo de Dios que se ha hecho carne» y las que liberan de las «diversas formas de esclavitud». En cada hombre encontrado en la vida «estáis encontrando la carne de Cristo», señaló. Por eso, acercarse al ser humano «con todas las consecuencias» hace posible entregar la misericordia de Dios. Esto «es el auténtico milagro que sigue haciendo la vida consagrada con sus presencias de fraternidad en este mundo».

En este tiempo de pandemia, «¿dónde y cómo hacer este milagro que quiere propiciar el Señor a través nuestro, en nuestra historia concreta?». Pues «a través de los gestos cotidianos que ayuden al prójimo», aseveró el purpurado, mostrando las vidas en comunidad, en fraternidad, en servicio, con las puertas abiertas. Por estos gestos «nos entusiasmaremos por llevar a Jesucristo a carnes concretas que a veces están laceradas por las situaciones en las que viven». Qué «maravilla», reconoció, despertar a un niño o un joven «a una experiencia de Dios, abrirle a todas las dimensiones de la vida», o cuidar a un anciano acercándole «ternura, que es quizá la medicina más importante para poder vivir».

Vida Consagrada 2021 800x400 5

No se trata de poner al servicio ideas, precisó, sino «de vaciarnos de nosotros mismos, llenarnos de la misericordia de Dios y todo ponerlo a este servicio de los hombres». El cardenal animó a dejar a un lado «la indiferencia» para no negarse nunca a «abrir los ojos a los demás». Como la Virgen, «que abrió su vida para acoger a Dios mismo», así «nosotros, abriéndonos al amor de Dios, construyamos y hagamos de este mundo un santuario».

La Eucaristía, indicó cardenal, «es el momento culminante para vivir y mantener la fraternidad, para vivir la fe en concreto». Es importante, explicó, que «en nuestra existencia seamos capaces de descubrir que el cuerpo y la sangre del Señor […] es precisamente por lo que damos vida», porque «nos identificamos con Él» y «nos hacemos don para los demás». Como decía san Agustín, palabras que el arzobispo remarcó que se repite a sí mismo cada vez que acaba la Eucaristía, «sed lo que recibís y recibid lo que sois». Esto es, «si recibimos a Cristo, tenemos que dar a Jesucristo».

Homilía completa en vídeo

Arzobispado de Madrid

Sede central
Bailén, 8
Tel.: 91 454 64 00
info@archidiocesis.madrid

Catedral

Bailén, 10
Tel.: 91 542 22 00
informacion@catedraldelaalmudena.es
catedraldelaalmudena.es

 

Medios

Medios de Comunicación Social

 La Pasa, 5, bajo dcha.

Tel.: 91 364 40 50

infomadrid@archimadrid.es

 

Informática

Departamento de Internet

C/ Bailén 8
webmaster@archimadrid.org

Servicio Informático
Recursos parroquiales

SEPA
Utilidad para norma SEPA

 

Search