El arzobispo de Madrid ordenó al legionario de Cristo Ignacio Rubio Hípola el pasado sábado, 24 de abril, en la parroquia de Santa María de Caná, y quiso recordarle que es «amado, fortalecido y enviado por el Señor».
En una ceremonia a la que asistieron familiares del nuevo sacerdote y un nutrido grupo de miembros de la familia Regnum Christi –laicos, laicos consagrados, consagradas y legionarios de Cristo–, el cardenal Carlos Osoro le planteó: «¿Cómo le pagarás todo el bien que te ha hecho al Señor?», y detalló que «desde pequeño has sentido el amor de Dios, desde el seno materno».
«Hoy eres tú quien ha sido consagrado, porque el Señor te quiere para que seas Él en medio de los hombres, para que puedas entregar a los hombres el misterio de su vida allí donde te envíen», destacó.
El purpurado incidió en que «el Señor va a ser en ti y a través de ti para que sigas rompiendo las cadenas que nos atan a los hombres», por medio «del perdón que tú vas a entregar, así como la comunión verdadera que establece Jesús el día que instituye la Eucaristía» para los hombres.
Consciente de que quizá en algún momento sienta que «esta misión te supere», le animó poniendo el foco en que «el Señor está contigo y te va a dar por la ordenación todo aquello que necesites y sea necesario para acercarte a los hombres haciendo las veces de Jesús: el Señor te ha conformado con Él, has sido tremendamente amado por el Señor». «No solo eres amado; el Señor antes de que nacieras ya tenía previsto esto: eres fortalecido, la gracia del Señor sobreabundará sobre ti», aseveró.
En este sentido, el arzobispo remarcó que el Señor «no te encierra en un claustro», sino que llena de «la alegría de anunciar el Evangelio» y, aludiendo al Evangelio del domingo del Buen Pastor, le pidió que intente «ir a las ovejas perdidas» y «pastorear», que, «en definitiva, es cuidar la vida de los hombres».
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