El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, presidió este miércoles 6 de mayo, en la parroquia de San Ginés, una Misa funeral por el padre Gonzalo Raymundo Esteban, de los Heraldos del Evangelio. En la Eucaristía concelebraron monseñor Luis Alfonso Tineo, obispo emérito de Carora (Venezuela) además de 16 sacerdotes de la diócesis de Madrid y el deán de la catedral Primada de Toledo.
En su homilía, el prelado recordó que había conocido al padre Gonzalo Raymundo en Asturias, siendo arzobispo de Oviedo, antes de que fuese sacerdote, y que ya supo valorar su disponibilidad y entrega a la Iglesia, que lo llevaría después a ser misionero en América. «Para mí es una gracia poder escuchar la Palabra del Señor. Haber podido rezar por él durante este tiempo, desde que me enteré de su enfermedad y de su estancia en el hospital, y estar al tanto de cómo iba evolucionando su vida. Pero, sobre todo, ver cómo afrontó esa etapa de su vida en la que él sabía que estaba cerca el momento de entregársela al Señor».
E insistió en que «es precioso y muy bello poder proclamar la grandeza del Señor, como hace un momento escuchábamos en el salmo responsorial, porque, al fin y al cabo, esto es lo que intentáis hacer con vuestra vida y con vuestro carisma los Heraldos: proclamar esa grandeza, en circunstancias diversas. Pero, además, esa grandeza la sabéis entregar acercando a nuestra vida a la Santísima Virgen María, que es la que mejor, con más intensidad, con más fuerza, con más hondura, supo proclamar la grandeza del Señor, tal como nos dice ese canto precioso, que tantas veces repetimos entre nosotros, como es el magníficat».
Al término de la Eucaristía, el prelado saludó a los familiares del padre Gonzalo desplazados para esta ceremonia.