«No somos una federación, somos una Iglesia». Lo recordó el obispo auxiliar de Madrid monseñor José Cobo en el pleno de fin de curso del Secretariado de Apostolado Seglar. «Mirar juntos a la cruz conmueve al mundo», y por eso «ir juntos es el reto», algo que en este tiempo «crítico» de pandemia «hemos sido capaces» de hacer. «Nos hemos unido más para la misión», aseguró.
Un tiempo que también ha dado sus frutos. «Nos ha hecho pensar en Dios» y tener una idea más clara de que «está presente también cuando las cosas nos van bien», incluso en «lo vulnerable, en el fracaso, en la muerte». Una muerte que «pocas veces hemos visto tan cerca» y que ha llevado a la reflexión sobre la vida eterna. También en la pandemia «hemos descubierto lo que es la sed de Dios, la sed de Eucaristía». Y «nos ha hecho más humildes: el dinero no lo es todo, los médicos no lo pueden todo, nos necesitamos todos».
En medio de esta situación, «hemos aprendido que la esperanza necesita ser recuperada», una esperanza «a la intemperie, sin signos» visibles, «que nace de la confianza en Dios».
El trabajo en el curso que viene
Durante su intervención, monseñor Cobo apuntó la hoja de ruta del curso que viene. En primer lugar, llevar adelante el poscongreso de Laicos en el primer anuncio, el acompañamiento, los procesos formativos y la presencia de los católicos en la vida pública. En segundo lugar, avanzar en la sinodalidad, que es el «ejercicio de escucharnos unos a otros para ver qué es lo que el Espíritu Santo nos quiere decir a todos».
Los siguientes puntos serán continuar con el Plan Misionero Diocesano y reflexionar pastoralmente sobre el pasaje evangélico de la samaritana, en torno a la cita «dame de beber». El último, el Sínodo de los Obispos, que comenzará su fase diocesana en el mes de octubre.
Monseñor Cobo estuvo acompañado por los delegados diocesanos de Laicos, Familia y Vida, María Bazal y José Barceló, y por el director del Secretariado de Apostolado Seglar, José Ramón García. En el encuentro participaron también, tanto de forma telemática como presencial, los representantes de las diversas asociaciones y movimientos.
García había comunicado previamente que el curso que viene dejará la dirección del Secretariado. «Has sido vínculo de unión –le agradeció el prelado–, mantuviste en pie la figura del laico verdaderamente creyente y desde donde estés, seguirás caminando junto a nosotros».