En la Parroquia de San Ildefonso (c/ Colón 16.),  promovida  por la Asociación Evangelium vitae, se celebrará el próximo 18 de diciembre, la Fiesta de Nuestra Señora de la Esperanza. Se invita a todas las madres embarazadas, acompañadas por los padres de sus hijos que lo deseen, a participar, en la Eucaristía, que se celebrará a las 19,00 horas. Durante la celebración, tendrá lugar la bendición de las madres presentes  y sus hijos.   
 
Ocho días antes de la Natividad de Jesús, el 18 de Diciembre, celebra la Iglesia, siguiendo el Rito Hispano-Mozárabe, la fiesta de la  Maternidad Divina de Maria, de la Expectación del Parto, fiesta de Nuestra Señora de la Esperanza .  
 
Esta advocación, nació en el 10º Concilio de Toledo, en el año 656, por   petición de San Ildefonso, ”Capellán y fiel notario de María.”, siendo  aún  Obispo de Toledo  su predecesor en la Sede, San Eugenio. 
 
San Ildefonso quería honrar  así de un modo especial la maternidad y perpetua virginidad de Santa María: Se denominaba la fiesta “ Día de Santa María”, Nuestra Señora de la Encarnación, Nuestra Señora de la Dulce Espera ,Virgen de la Expectación del Parto, popularmente llamada también  Nuestra Señora de la O , por  rezarse a partir del día 17 de Diciembre en la Liturgia de las Horas, las Antífonas solemnes  que invocan al Señor ya próximo  de este modo :”Oh Sabiduría…Oh  Adonai, …Ven…! 
 
La devoción pasó a  la Liturgia de la Iglesia Católica  hasta la reforma del  Calendario Litúrgico, llevada a cabo después del Concilio Vaticano II 
 
A lo largo de los siglos, y en el mundo entero, las madres cristianas embarazadas, “en estado de buena esperanza “, han  mirado y se han acogido al amparo de Santa María, Madre de la Vida, Bendita entre todas las mujeres, capaz de comprenderlas y de ayudarlas.  
 
Recuperar la celebración de la fiesta de Nuestra Señora de la Esperanza, quiere ser una  aportación a la Cultura de la vida, en el actual momento cultural en el que se presenta la maternidad como una limitación de la mujer. 
 
Ser madre es  la  primera vocación  inscrita  por la misma naturaleza  en el alma y el cuerpo de la mujer, que necesita  para realizarla de  la colaboración  amorosa y responsable del varón, hecho naturalmente para ser padre. 
 
Dios Padre Todopoderoso somete su omnipotencia creadora a esta colaboración voluntaria del hombre y de la mujer  para  poder continuar su obra creadora de nuevos hijos, hechos a su imagen y semejanza, capaces de amar y ser amados eternamente.  
 
En la tradición toledana, se sitúa la imposición de la casulla a San Ildefonso por Nuestra Señora la Virgen  Maria, en  la  Catedral, en la celebración del rezo de Maitines Solemnes de esta  Fiesta de Nuestra Señora de la Esperanza.