En una tarde soleada Madrid volvió a vivir con fervor la procesión del Corpus Christi. Multitud de madrileños se congregaron en el centro de la ciudad para acompañar al Santísimo Sacramento, en un recorrido que se convirtió en una expresión de fe y esperanza. Tras la procesión el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, pronunció en la explanada de la Almudena una alocución en la que clamó por una «urgente a la paz y reconciliación» en un mundo marcado por la incertidumbre y los conflictos.
El cardenal reconoció «el esfuerzo y la valentía» de todos los participantes, «especialmente de los niños que este año han recibido su Primera Comunión» y que, a pesar del calor quisieron sumarse a la procesión. «Jesucristo Sacramentado ha salido un año más en el corazón de Madrid, arropado por todos los que valientemente y generosamente habéis hecho este esfuerzo de abrazar un gesto profundo para los cristianos», destacó.
Durante sus palabras, el arzobispo recordó el significado central de la Eucaristía para la vida cristiana: «Jesucristo se queda con nosotros en la Eucaristía y el día del Corpus sale por nuestras calles para recordarnos que durante todo el año cada uno de nosotros también nos convertimos en custodia».
? «Vivimos momentos muy complicados en la historia de la humanidad. Estamos en momentos donde necesitamos la reconciliación y la paz de forma urgente»
— Archidiócesis de Madrid (@archimadrid) June 22, 2025
? El cardenal Cobo invita a ser «instrumentos de reconciliación y perdón» tras la procesión del #CorpusChristi… pic.twitter.com/0QHBNirBvy
La custodia, que recorrió las calles madrileñas, «simboliza al pueblo de Dios, llamado a reflejar a Cristo en cada aspecto de la vida cotidiana, desde el sufrimiento hasta la alegría, desde el trabajo hasta el descanso». Pero fue el mensaje de paz y reconciliación el que resonó con fuerza: «Vivimos momentos muy complicados en la historia de la humanidad. Estamos en momentos donde necesitamos la reconciliación y la paz de forma urgente», afirmó el cardenal. «En un mundo donde las tensiones políticas, sociales y bélicas parecen multiplicarse, desde los más pequeños hasta los más grandes, debemos ver siempre primero la dignidad de cada ser humano antes que otros intereses».
El cardenal pidió una oración intensa y constante por la paz, especialmente por las víctimas de las guerras, la violencia y la incomprensión. «Que todos los gobiernos se humanicen y sepan mirar lo que Jesús Sacramentado representa para la humanidad: la reconciliación y la paz que viene del corazón de Dios». Finalmente, invitó a los fieles a convertirse en verdaderos custodios de la paz, «instrumentos de reconciliación y perdón en un mundo que lo necesita intensamente».«Jesucristo, danos la paz que necesitamos. Que seamos testigos de paz, de reconciliación, de perdón y de encuentro».