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Jueves, 16 octubre 2025 10:31

El cardenal José Cobo, a la Familia Hospitalaria: «El mundo necesita de vuestro cuidado, ternura y hospitalidad»

El cardenal José Cobo, a la Familia Hospitalaria: «El mundo necesita de vuestro cuidado, ternura y hospitalidad»

La catedral de la Almudena acogió el pasado martes, 14 de octubre, la celebración del Jubileo de las Hermanas Hospitalarias. La Eucaristía estuvo presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, quien agradeció el carisma de las hermanas y su labor de cuidado y acogida. «Nunca dejéis de dar lo que lleváis en el corazón; el mundo necesita de vuestro cuidado, ternura y hospitalidad», les recordó.

El acontecimiento fue de gran significado para la congregación, que reunió a miembros de la familia hospitalaria, usuarios, residentes, fieles y autoridades. La jornada se centró en la acción de gracias y la renovación del compromiso de las hermanas con su carisma fundacional: la acogida y el cuidado de enfermos y necesitados.

Antes de comenzar, Alejandro Florit, director de Identidad de la Fundación Hospitalarias, pronunció unas palabras introductorias en las que recordó a los fundadores san Benito Menni, María Angustias Giménez y María Josefa Recio, quienes «quisieron responder a quienes viven en situación de vulnerabilidad, especialmente las personas con sufrimiento psíquico, con una atención de dignidad, cercanía y humanidad. Como nos recuerda el Papa León en Dilexi te, ellos supieron reconocer en las personas que sufrían, en su fragilidad, el rostro mismo de Cristo».

Jubileo hospitalarias director

Caminar juntos desde la debilidad

Durante la Eucaristía, el cardenal Cobo ofreció palabras de aliento y esperanza a los presentes, incluyendo a las hermanas, enfermos de sus centros, familiares y trabajadores. Subrayó el misterio de un Dios que se encarna para acompañar al hombre, revelando su corazón y esencia. El arzobispo de Madrid hizo un llamamiento a la unidad, invitando a todos a caminar juntos desde la debilidad, reconociendo la humanidad compartida.

En contraste con el individualismo que a menudo promueve el mundo, resaltó que el camino de Jesús es un camino de corazón, que enseña a caminar con otros, también en las diferencias. Enfatizó que este «caminar juntos» es una propuesta «provocativa» para una sociedad que prioriza el sendero individual.

Compartió la experiencia transformadora de un joven en el Aita Menni de Mondragón, cuya historia cambió al descubrir que «la vida es mucho más grande» al entrar por la puerta de Jesús y conocer a las personas que allí trabajaban y a los enfermos a los que atendían. Este jubileo, explicó el arzobispo de Madrid, «es tomar conciencia de las otras personas que están en la Iglesia con nosotros porque también se han encontrado con Jesús y han entrado por su puerta».

Enfatizó asimismo que el jubileo es recibir la «indulgencia de un Dios que nos abraza para avanzar con alegría y pedir ayuda». Destacó que el valor reside en «dar lo que se lleva en el corazón», el carisma de los fundadores y el amor de Dios que han recibido, advirtiendo que, de no hacerlo, los proyectos e instituciones se convertirán en «una más, sin alma».

Finalmente, agradeció a las Hermanas Hospitalarias por su carisma de sanar desde el corazón, la ternura y la hospitalidad, palabras muy necesarias para el mundo actual, herido e individualista, que se quiere valer por sí mismo sin ayuda de nadie. Las animó a no perder ni el sentido ni el carisma de lo que hacen, estando siempre «muy arraigadas en el Evangelio, que es la verdadera fortaleza y la razón por la que la hospitalidad tiene un sentido trascendental», explicó.

Jubileo hospitalarias homilia

Regalos para el cardenal

Entre los presentes se encontraban sor Fuencisla Martín Martín, superiora provincial, y Alberto Martín, director general de la Fundación Hospitalarias. Al finalizar la Eucaristía, varios enfermos y residentes de los centros quisieron hacer entrega al cardenal Cobo de varios regalos como forma de agradecimiento, entre ellos una pañoleta con los colores y el logo de las hospitalarias que se ha hecho con motivo del Jubileo, y que no dudó en ponerse al finalizar la Misa.

Sor María Rosario Iranzo, consejera de la Provincia, dio las gracias al cardenal y a todos los presentes por su asistencia con unas palabras que animaban a seguir caminando juntos y despiertos ante las necesidades de todos, especialmente de quienes sufren. «Que esta celebración jubilar nos deje el alma encendida, los ojos abiertos y el corazón samaritano siempre atento para salir al encuentro del que más lo necesita», concluyó.

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