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Jueves, 23 abril 2020 09:49

El cardenal Osoro invita a «pensar más y mejor aquello por lo que merece la pena gastar la vida»

El arzobispo de Madrid sintetizó la Palabra del Señor proclamada el miércoles de la II semana de Pascua, durante la Eucaristía retransmitida por YouTube, en tres palabras: bendigo, proclamo y contemplo. «Sí, bendigo al Señor, porque hace obras extraordinarias», expuso el cardenal Carlos Osoro, quien aludió a la primera lectura, en la que un ángel libera a los apóstoles de la cárcel, para asegurar que «es el Señor el que abre puertas». Aun en esta situación de confinamiento, el estar en casa da la oportunidad de «poder hablar con mucha más radicalidad, hondura y verdad, cuestiones que son importantes para nosotros en la vida, que a veces no les hemos dado importancia atosigados por el trabajo, por las ocupaciones, por las preocupaciones».

El Dios en quien creemos «es un Dios bueno», aseguró, «nos saca de la cárcel en la que estamos porque en medio de los barrotes que tenemos no logramos ver más allá». «Bendigo al Señor –continuó– porque puedo estar mucho más tiempo con los míos, porque en estas circunstancias puedo pensar más y mejor aquello por lo que merece la pena gastar la vida y, sobre todo, porque me dice “da la mano a todos los hombres, son tus hermanos”».

Sobre la expresión «proclama», el purpurado detalló que «esta es una cuestión de amor; Dios ha tomado rostro humano porque te quiere, porque te quiere dar un abrazo». Y animó a los fieles no solamente a bendecir al Señor «porque nos saca de la cárcel» sino también a proclamar la «grandeza de un Dios que me ama y sé que ha venido a este mundo para salvarme; no me juzga, me viene a salvar».

Finalmente, y ante la luz de Cristo representada en el cirio pascual, «contemplo a este Jesús que me da su luz; y lo contemplo en este momento de la pandemia que estamos viviendo, porque veo la necesidad de vivir en medio de este mundo con esta luz, que es luz de amor, de paz, de justicia, de entrega, de servicio, de fidelidad, de sacar lo mejor de mí mismo para entregárselo a los demás».