El área diocesana de Pastoral Social se dio cita este lunes, 7 de julio, en el Arzobispado de Madrid para la última reunión del curso antes de las vacaciones de verano con un compromiso que sigue vivo: estar donde nadie mira, escuchar lo que nadie oye y cuidar a quienes el mundo olvida.
Los directores de secretariados y de delegaciones de las diferentes pastorales —trata de personas, cárceles, centros de menores, mundo del trabajo, labor con personas gitanas, atención a los más desfavorecidos, a migrantes, ecología integral…— se reúnen cada mes para poner en común lo que va haciendo cada una e «ir viendo hacia dónde tenemos que caminar en lo social como Iglesia de Madrid». Así lo expresa Pilar Algarate, secretaria general de Cáritas Diocesana de Madrid, presente en el encuentro.
Esta reunión de julio estuvo presidida por el obispo auxiliar de Madrid, Vicente Martín, que es quien ha ido acompañando todo este año a la Pastoral Social de la diócesis. El obispo agradeció el trabajo del área y subrayó que «la Pastoral Social no es una intervención asistencial, sino expresión del Evangelio». «La gente necesita que la Iglesia escuche y esté presente», dijo.
Martín reconoció los momentos difíciles, pero animó a no desanimarse: «A veces nos equivocamos, y qué bien que nos lo digáis con honestidad». Asimismo, recordó que el trabajo de la Pastoral Social nace del Bautismo y que «la Iglesia debe estar donde hay sufrimiento, sin perder la esperanza». Para finalizar, anunció la creación de una única escuela diocesana de formación donde se va a integrar la doctrina social de la Iglesia.

Retos futuros
Durante el encuentro se pusieron de manifiesto los retos de cara al próximo curso, entre ellos, explica la secretaria general de Cáritas Madrid, «cómo podemos hacer llegar a la Iglesia de Madrid el mensaje de las familias más vulnerables que atendemos». E incide en las familias, y no en los individuos, ya que muchas veces «no solo acompañamos personas, sino también a los entornos familiares».
Asimismo, se propuso llevar a la reflexión, durante este tiempo de descanso, la sinodalidad en el trabajo con las personas más vulnerables.