Rainer Maria Rilke mantuvo una peculiar y nunca interrumpida correspondencia navideña con su madre, Sophie Entz, desde 1900 –cuando se establece en la colonia de artistas de Worpswede, cerca de Bremen– hasta 1925, año anterior a su fallecimiento.

En estas cartas, escritas con gran delicadeza lingüística, podemos contemplar con nitidez la extraordinaria sensibilidad religiosa del poeta, además de algunos rasgos conmovedores de su intimidad familiar, como el uso de «René» y no de «Rainer» para la firma o la mención, año tras año, del compromiso de pensar uno en el otro a las seis de la tarde de la víspera de Navidad.

El texto de las cartas viene acompañado por una introducción de Leonor Saro y un epílogo de Antonio Pau, y por ilustraciones de algunos de los lugares desde los que Rilke escribió sus cartas, dibujados por Andrea Reyes.

En este enlace se puede adquirir el libro, editado por Encuentro.