La parroquia de San Hilario de Poitiers (C/ Luis Chamizo, 7) acogerá este martes, 2 de diciembre, de 18:30 a 20:00 horas, una nueva sesión del curso de la Escuela Diocesana Itinerante de Formación Social, organizada por la Pastoral Social e Innovación de la Archidiócesis de Madrid.
José Luis Segovia, vicario episcopal de Pastoral, jurista y criminólogo, y miembro del equipo de Repara, impartirá la charla formativa “Prevención de delitos cibernéticos y abusos sexuales”.
Sobre este segundo tema, explica que el objetivo es seguir dando a conocer los protocolos de la diócesis y la labor de Repara, «siempre en clave positiva». Subraya que no se trata solo de detectar y prevenir posibles situaciones de abuso, sino de fomentar una verdadera cultura del buen trato, que exprese los valores del Evangelio.
Asimismo, recuerda la importancia de promover acompañamientos espirituales saludables, es decir, acompañamientos que no generen dependencias, que impulsen la libertad de las personas y que ayuden a acercarlas más a Dios. «Porque el centro no somos nosotros —concluye—: el centro es siempre Dios».
?Este martes, clase de la Escuela Itinerante de Formación Social de @PasSocialMad
— Archidiócesis de Madrid (@archimadrid) December 1, 2025
?18:30h-20h
?Parroquia de San Hilario de Poitiers
?️'Prevención de delitos cibernéticos y abusos sexuales'https://t.co/j3I7Ik9HLG
Cultura del anomimato
Por otra parte, Segovia advierte de un dato especialmente preocupante en el contexto actual: «La enorme cantidad de horas que adolescentes, jóvenes y adultos pasan conectados al móvil y a internet, y los riesgos que esto implica, especialmente cuando estas tecnologías —que, por supuesto, ofrecen grandes e indiscutibles beneficios— se ponen al alcance de niños de edades muy tempranas».
También señala que, «amparados en la cultura del anonimato que facilita el móvil», y bajo la falsa sensación de que «una conversación digital es más privada que una presencial», a menudo se trivializa el tipo de contenido que se comparte, pese a su alta peligrosidad. Recuerda, por ejemplo, la reciente condena del Tribunal Supremo a una persona por difundir en un grupo de WhatsApp de padres y madres una conversación privada de los menores con el otro progenitor. Algo similar ocurre con el envío a menores de contenidos que afectan a su indemnidad sexual, lo cual constituye un delito, además de otras formas de acoso o de las estafas digitales, cada vez más frecuentes.
En definitiva, subraya Segovia, el móvil es una herramienta extraordinaria y muy útil, pero también puede convertirse en un instrumento que no favorece el crecimiento personal. Por eso, insiste en que su uso conlleva responsabilidad, porque a través del móvil también se cometen delitos.