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Jueves, 01 agosto 2024 08:52

El fotógrafo Santi González Barros, participante en las cuatro ediciones de la Escuela de Verano de Arte y Espiritualidad del Observatorio de lo Invisible: «La gente se ha sentido mirada con cariño porque nadie hace juicios»

El fotógrafo Santi González Barros, participante en las cuatro ediciones de la Escuela de Verano de Arte y Espiritualidad del Observatorio de lo Invisible: «La gente se ha sentido mirada con cariño porque nadie hace juicios»

'Fuente de agua viva' es el lema elegido por el Observatorio de lo Invisible (OI) para su IV Escuela de Verano de Arte y Espiritualidad. Un evento que se ha celebrado del 22 al 28 de julio, en el monasterio de la Santa Espina, en Montes Torozos, y en el que han participado más de 140 artistas, de los cuales 125 son alumnos. Organizado por Fundación Vía del Arte, este año en colaboración con la archidiócesis de Valladolid, el encuentro se ha desarrollado con un amplio programa de actividades, en el que han destacado los diez talleres prácticos interdisciplinares, dirigidos por reconocidos artistas o artesanos.

Santi González Barros ha participado en las cuatro ediciones, las tres primeras en Guadalupe (Cáceres) y este año en el monasterio de la Santa Espina. El fotógrafo y realizador ha afirmado que «esta última le ha servido para ver con cierta perspectiva y encontrar lo común entre todas ellas». En esta ocasión, «se ha dado la misma magia», por ello, puedo confirmar que «lo importante son las personas no el lugar».

Observatorio de lo Invisible 3

«La gente se ha sentido muy abierta y mirada con cariño por los demás porque nadie hace juicios; en los entornos artísticos a veces predomina el ego, el querer escalar, competir, etc. Aquí no ocurre nada de eso porque hay pura comunión».

Otra idea que ha destacado es que «en este lugar se da una especie de vibración común con la misma frecuencia, por ejemplo, a la hora de rezar hemos vivido cómo las peticiones surgen de manera espontánea y eso me ha impresionado». Además a la hora de crear «había mucho apoyo entre los compañeros de cada taller. Y de las interpretaciones puedo asegurar que no había roces y tensión, sino apertura, admiración, cariño y encuentro».

La tercera idea que ha subrayado Santi G. Barros es que ha sentido que «la gente se reconocía en los demás, es decir, en algunas ocasiones cuando eres artista percibes que estás fuera del mundo o eres una persona incomprendida, en cambio aquí interesas a todos porque los que estábamos allí éramos artistas o les importaba el arte».

Observatorio de lo Invisible 4

Asimismo, el fotógrafo ha destacado el concepto de la paz, «por esa comunión entre las personas, pero también entre las propias artes que todos los años se funde con el espacio». Por ello, ha asegurado que «no importa tanto el espacio, sino que buscamos que sea un lugar bello en el que Dios esté presente. En este sentido ha explicado que «ir sin prisas, ese cansancio por el calor o perder horas de sueño por estar hablando con las personas, hace que la gente esté en paz, es decir, sienta cercanía y contacto fuerte con Dios».

En conclusión, «las anteriores ediciones me han ayudado en el día a día, es decir, beber de lo vivido esa semana como si fuera un retiro y tener más ilusión, fuerza e identidad».