La catedral de la Almudena acogió este viernes, 30 de mayo, la solemne celebración de las confirmaciones de Pastoral Universitaria, una ceremonia presidida por el obispo auxiliar de Madrid José Antonio Álvarez en la que un total de 103 jóvenes de la diócesis recibieron el sacramento de la Confirmación. Además, 12 de ellos recibieron todos los sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. «Me llamo Anabela y pido a la Iglesia recibir el Bautismo». Y así lo fueron haciendo Miguel, Gabriela, Tiana, Laura, Luca, Diego, Alita, Henin, Hanna, Adrián y Nuno.
«La comunidad universitaria os acoge con alegría en comunión con toda la Iglesia», leyó una de las jóvenes en la monición de entrada. Y así lo manifestó también el obispo auxiliar, que comenzó su homilía saludando a los vicarios episcopales, entre ellos José Luis Segovia, vicario Pastoral; padre Aurelio Cayón, sscc, vicario de Vida Consagrada, y Juan Carlos Merino, vicario del Clero.
Asimismo, mencionó a Fernando del Castillo, director del Secretariado de Pastoral Universitaria, a los capellanes de universitarios, y también a los confirmandos y catecúmenos. «Es una alegría poder celebrar en esta iglesia catedral estos sacramentos que nos hablan precisamente del deseo de Dios, que nos quiere bien y nos quiere hacer partícipes de su misma vida», dijo.
Dichosos en la alegría
Jesucristo, que ha resucitado y vive para siempre tal y como la Iglesia universal celebra en este tiempo de Pascua, colma «ese deseo de plenitud que se encierra en todo corazón humano», aseguró el obispo auxiliar. A lo largo de la vida de cada uno de los catecúmenos se ha podido «confundir la felicidad con un momento más o menos dichoso, pero hoy el Señor nos asegura que la felicidad es posible porque su alegría es la que viene a colmar ese deseo de plenitud».
«Hoy sois bienaventurados», continuó el obispo, y también toda la Iglesia «que se enrique con vuestro sí, con vuestro querer acoger el don de Dios para ser testigos de la Buena Noticia del Evangelio en la hora presente». Es cierto que en todo este proceso de preparación para los sacramentos, «el Señor cuenta con vosotros y vuestra libertad, pero antes de una decisión personal, es una llamada, una elección que Dios ha hecho con cada uno de vosotros».
Así, estos jóvenes han dado una respuesta Dios, «que os llama por vuestro nombre para confiaros una misión». El poder del Espíritu da fortaleza, aseveró José Antonio Álvarez, para ser sus testigos en medio de este mundo, en la universidad, en la familia, en los ambientes. Y esto se hace en la comunión de la Iglesia, remarcó, «porque esta alegría solo puede ser vivida en la compañía de nuestros hermanos». «Seréis testigos de la esperanza y de la alegria viviendo en la comunión de la Iglesia», insistió.
La celebración, remarcó, non es el final de una etapa, sino «el inicio de un camino para siempre». El obispo auxiliar de Madrid invitó a los jóvenes a cuidar desde ese momento la relación con Jesús, guiados por la Palabra de Dios, por la Iglesia, y así podrán experimentar «que Jesucristo está vivo y cuenta con vosotros».
El don de todos los dones
En la Confirmación, los catecúmenos reciben el don de todos los dones, el Espíritu Santo bajo la señal de la cruz, explicó Álvarez. Una cruz que es la que «vais a abrazar» para que con vuestro testimonio de vida «siga haciendo posible esta humanidad que Dios creó, en Jesucristo redimió y por medio de su Espíritu sigue alentando para que vivamos como una verdadera familia, donde también los más necesitados puedan sentirse hermanos y miembros».
Recogió el obispo auxiliar esas primeras palabras del Papa Francisco al inicio de su pontificado, «¡no tengáis miedo!», que en definitiva es «palabra de esperanza del Resucitado» porque «el Señor es fiel; unidos a Él, dejándoos guiar y acompañar por su Espíritu, siempre experimentaréis la paz y la fortaleza» del mismo Espíritu.
José Antonio Álvarez concluyó la homilía encomendando a los jóvenes a la Virgen de la Almudena. «Que Ella os enseñe todos los días de vuestra vida a sentiros hijos de la Iglesia y que, como Ella, cada día podáis decir “aquí estoy para hacer tu voluntad».
Al término de la celebración, les dirigió unas palabras en nombre del cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid: «Os quiere invitar a ser luz para el mundo y podréis ser luz si vivís unidos a la Iglesia; unidos como comunidad, como Pastoral Universitaria, en vuestras parroquias, pero juntos». «Madrid necesita del sí de jóvenes como vosotros que quieren seguir diciendo al mundo "merece la pena la vida, merece la pena ser portador del amor y la esperanza que no defrauda"».