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Martes, 06 mayo 2025 15:12

José Ramón Ortega Machuca, delegado episcopal de Patrimonio Cultural, destaca cómo el Papa Francisco no miró a los fieles «desde el balcón», sino que bajó a buscar «sus heridas, sus dolores, sus preocupaciones»

José Ramón Ortega Machuca, delegado episcopal de Patrimonio Cultural, destaca cómo el Papa Francisco no miró a los fieles «desde el balcón», sino que bajó a buscar «sus heridas, sus dolores, sus preocupaciones»

Para José Ramón Ortega Machuca, delegado episcopal de Patrimonio Cultural de la archidiócesis de Madrid, «es difícil en pocas palabras» definir quién fue el Papa Francisco, pero «yo destacaría que ha sido la voz de la misericordia, el hacérnosla presente a través de su figura». Subraya también su insistencia en «dar el papel primordial a los excluidos» y reconoce que «yo utilizo mucho» la idea de las periferias, «que no son las sólo las físicas o las geográficas, sino también las espirituales, los que viven en soledad, los enfermos, los mayores, los desesperanzados, los tristes».

Otro aspecto de su persona significativo fue su cercanía, subraya. «Quizás la lengua en español me ha hecho sentirle más cercano», reconoce, pero también «la bondad de su palabra, el bajarse a la calle, el dialogar con todos…». En definitiva, «no mirar a los fieles desde el balcón; bajarse, hablar, dialogar, buscar el sentir de los otros, sus heridas, sus dolores, sus preocupaciones». Y, también, observa el delegado, su propuesta del Evangelio «como camino de vida entregada por amor al Señor y a los otros».

Si tuviera que elegir alguna frase especialmente reveladora del Papa Francisco, el delegado de Patrimonio resuelve con dos: su «hagan lío» y el «prefiero una Iglesia manchada o herida, a una encerrada y cómoda». «Ahora toca rezar por el nuevo Pontífice», concluye.