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Lunes, 06 junio 2022 07:36

La Paloma acoge la Misa por los donantes de órganos: «La única que se lo puede agradecer es la Virgen»

La Paloma acoge la Misa por los donantes de órganos: «La única que se lo puede agradecer es la Virgen»

Los trasplantados y sus allegados no tendrán vida para agradecer lo que otras familias, en el momento más terrible de su vida, han hecho donando los órganos de su ser querido fallecido. «La única que se lo puede agradecer es la Virgen», asegura Sergio Cobos, presidente de la Fraternidad de Donantes y Trasplantados Virgen de la Paloma. Por eso, la entidad organiza cada año, desde su fundación en 2018, una Misa para pedir por el alma de todos los donantes (en la imagen principal, la del año 2021).

Sergio asimila el gesto de los que donan al de Jesucristo en la cruz, que se dio por completo para la salvación de cada uno. La Virgen, como madre, entregó a su Hijo, igual que esas familias que en su momento de mayor dolor dan vida a través de sus hijos muertos. Esto es lo que llevó a la fraternidad a solicitar al Vaticano que la Virgen de la Paloma fuera la patrona de los donantes de órganos, algo que la Santa Sede concedió pocos meses después de su nacimiento.

La Paloma, al ser una Soledad, se acerca a «la soledad y el sufrimiento del enfermo», y también al dolor «de las familias del donante; ellas han pasado por la pérdida y la salvación», al igual que María. Junto a ello, Cobos pone de relieve que, al igual que su festividad litúrgica se celebra el 15 de agosto, día de la Ascensión, así la fraternidad tiene el deseo de que «la Virgen lleve al cielo» a las personas que les han salvado la vida aquí en la tierra.

Esta será la intención fundamental de la Misa que este lunes, 6 de junio, celebrarán en la parroquia Virgen de la Paloma y San Pedro el Real. Será a las 19:00 horas y estará presidida por Gabriel Benedicto, párroco del templo y vicario episcopal de la VI. También podrá seguirse en directo por el canal de YouTube del templo.

Como explica Benedicto, el patronazgo de la Paloma por los donantes y trasplantados fue acogido con la «sorpresa» de ver cómo la Virgen de la Paloma «busca a sus hijos», especialmente a los que «pasan por una experiencia dura de soledad». La feligresía, además, «es muy sensible a cualquier devoción a la Virgen», y si es del colectivo de los enfermos, «con más razón». «Se siente muy orgullosos –asegura el párroco– de que la Virgen de la Paloma sea fuente de esperanza; cuando todo está perdido, aparece la fuente de vida, el órgano que se necesita».

En la Eucaristía habrá un representante de la embajada de Ucrania, para tener un recuerdo agradecido a los donantes y trasplantados de este país que tanto sufre estos meses, y se realizará una ofrenda floral a la Virgen Este año, el encargado de llevar las flores es Manolito, un niño de 9 años trasplantado de hígado desde los nueve meses. «Está emocionadísimo, superilusionado», cuenta su madre, Nana Gómez (en la imagen inferior, con su hija Blanca y su hijo Manolito).

Donantes la Paloma nana hepa

Los dos primeros años en el hospital

A los dos días de nacer, Manolito comenzó a ponerse amarillo. Lo que en un principio parecía una ictericia neonatal debutó en un fallo hepático que obligaba a un trasplante de urgencia. «Lo necesita ya», les dijeron los médicos. El niño recibió parte del hígado de su padre y aunque los dos años siguientes fueron complicadísimos, «gracias a Dios estábamos en el mejor sitio, el Hospital La Paz». No solo por la profesionalidad de médicos, enfermeros y personal del centro, sino también por su humanidad.

«Cuando te nace un niño enfermo pasas un duelo con todas sus etapas: tristeza infinita, rabia, culpa…». «Yo no entendía que un niño, un ser tan puro, tuviera que pasar por esto». En casos como el suyo, señala Nana, «o te apoyas en la familia, los abuelos, los amigos o te encierras». Ella encontró muchísimo consuelo compartiendo vivencias con familias que estaban pasando por lo mismo. Así fue como nació HePA (Asociación Española de Ayuda a Niños con Enfermedades Hepáticas y Trasplantes Hepáticos), de la que Nana es presidenta. «Decidimos formar la asociación por eso, porque éramos nuestro mayor apoyo».

En la actualidad, HePA cuenta con 150 asociados y da cobertura a más de 500 familias. Además de la ayuda mutua, trabaja para dar visibilidad a una «realidad fantasma». El paciente trasplantado «no es un paciente curado»; en realidad, «pasan de ser pacientes terminales a crónicos». Tienen «una calidad de vida muy buena», pero con un sistema inmune deprimido, con medicación…

Esto de la calidad de vida lo puede afirmar Sergio Cobos, que después de su trasplante ha tenido cuatro hijos, que se sumaron a los tres que habían nacido antes, y está a la espera del octavo para dentro de un mes (en la imagen inferior, con su mujer, sus hijos y sus padres). Además, hace deporte a nivel de competición –fue medallista en los últimos Juegos Europeos de Trasplantados– y preside también la asociación Deporte y Trasplante.

Con una enfermedad autoinmune que le atacó a los dos riñones, Sergio fue trasplantado en 2013, «un regalo de la Virgen que me llegó el día de mi cumpleaños». «No sé nada de la persona que me donó el riñón», y tampoco es necesario, asegura. A él lo que le importa es rezar por ella para que esté en el cielo, y que allí «sea la Virgen la que se lo agradezca».

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