La sede de la Delegación de Medios de Comunicación de la diócesis de Madrid ha acogido en la mañana de este jueves, 10 de julio, la presentación en rueda de prensa de Generación Esperanza. Se trata de un proyecto novedoso impulsado por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, que ha comenzado con una semana de formación en Almería, semilla para vivir el proceso sinodal en la Iglesia de Madrid.
Medio centenar de jóvenes han podido profundizar, de la mano de expertos y también en los momentos de diálogo y escucha entre ellos, como están llamados a una misión concreta desde su realidad de bautizados. Llamados a construir Iglesia, y a hacerlo juntos, tal y como el cardenal Cobo remarca.
En este sentido, Pablo Herrera, unos de los jóvenes que ha participado en este primer encuentro, seminarista del Seminario Conciliar, ha resaltado la charla de Luis Marín de San Martín, subsecretario de la Secretaría General del Sínodo, gracias a la cual, ha reconocido, ya sabe explicar el Sínodo: «La sinodalidad es caminar juntos. Don Luis Marín dejó claro que es una dimensión constitutiva de la Iglesia. La Iglesia es sinodal. Pero no es una asamblea, sino que cada uno, en su lugar, desde donde le llama el Señor, pone su granito de arena; pero todos juntos». Y ha añadido: «No es que la Iglesia no sea jerárquica, pero es una jerarquía se servicio, en la que nadie es más que nadie».
Natalia Cuesta, otra de las participantes, ha abundado en este sentido explicando que han podido «experimentar lo que es Iglesia, más allá de la teoría de la Iglesia sinodal». Así, «hemos vivido cuál es este sueño que tiene don José para la diócesis». Que es, en palabras del rector del Seminario Conciliar de Madrid, Antonio Secilla —presente también en la rueda de prensa—, «hacer un camino conjunto entre jóvenes de distintas realidades para recibir formación, pero sobre todo para generar vínculos». «La Iglesia propone que hay una generación que puede llevar esperanza a este mundo».
Por su parte, Laura Moreno, delegada episcopal de Jóvenes, ha apuntado las dos grandes novedades de Generación Esperanza. En primer lugar, se hace en conjunto con el Seminario de Madrid —20 de los participantes eran seminaristas; el resto, de la propia Delegación de Jóvenes, de parroquias o movimientos— respondiendo a ese refuerzo que el cardenal Cobo ha querido hacer del documento final del Sínodo que sugiere formación conjunta. Y, por otro lado, que estos jóvenes, a los que se irán sumando más, sean los protagonistas, que lleven ellos mismos el Sínodo a sus ambientes. De ahí que hayan recibido formación también en habilidades, competencias, liderazgo, y sobre temas como evangelización digital e inteligencia artificial, entre otros.
Los chavales han vuelto a Madrid con deberes. El primero, contar lo que han vivido. Y después, trasladar todo lo que han aprendido. Que esa formación que ellos han recibido se entienda, matiza David Leocadio, también participante. Natalia tiene la clave: «Para comprender nuestro lugar en el Sínodo tenemos que comprender primero nuestra vocación; cuál es nuestra parte y qué implica esa parte». Y resume: «Hay muchos jóvenes en la oscuridad, pero en la Iglesia hay esperanza, y si somos capaces de vivirla y caminar juntos, esto nos va a llevar a la misión».
La semilla que se ha sembrado estos días en Almería —en la casa de espiritualidad diocesana de Aguadulce— se irá concretando a lo largo del curso que viene. Así, como acciones más inmediatas, habrá una formación abierta a todos los jóvenes que lo quieran, a la que seguirá un congreso de pastoral para reflexionar sobre cómo anunciar a todos los jóvenes de Madrid la esperanza. Y muy ligado a ello se ha organizado el WOW FEST del 27 de septiembre, evento jubilar para adolescentes y jóvenes de las diócesis de Madrid, Alcalá y Getafe.