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Jueves, 30 junio 2022 11:12

Nuestra Señora de la Granada se sigue vistiendo de fiesta: estrena retablo y sagrario

Nuestra Señora de la Granada se sigue vistiendo de fiesta: estrena retablo y sagrario

Han pasado 22 años desde que se edificó el complejo parroquial de Nuestra Señora de la Granada, pero a la obra le quedaba un detalle que siempre fue un anhelo entre los feligreses: un retablo y un sagrario en condiciones que presidiera el templo. El 6 de enero de 2020, después de haberlo hablado en el Consejo Pastoral y de tener un diseño del Taller de Arte Granda, el párroco, Javier García Toledano, puso unos carteles en el templo a modo de carta a los Reyes Magos: «Mejoramos nuestra casa para seguir haciendo granada junto al Señor».

La granada, esa que lleva la titular del templo en su mano izquierda y que evoca, con sus granos unidos entre sí, a los miembros de la Iglesia. «Sería como decir Nuestra Señora de la Iglesia». Y, además, el jugo rojo de este fruto es «esa sangre, esa vida entregada de Cristo y también de los cristianos».

La imagen de la Virgen está en la parroquia desde que se erigió, en el año 1974, en aquella época en la que el extrarradio de Madrid se llenaba de viviendas de cooperativas de trabajadores. Así aterrizó en el barrio Jesús, miembro del consejo pastoral, que el día que nos vemos cumple justo 75 años; «tres cuartos de siglo», les ha dicho a sus nietos, pero ellos han obviado los «cuartos» y se han quedado con los tres siglos.

Retablo granada virgen

La devoción a la Virgen de la Granada vino de Llarena (Badajoz), de la mano de emigrantes extremeños, y se instaló en el centro de dos barrios nuevos, «un oasis», recalcan Jesús y Javier, junto a la entonces deprimidísima y consumida por las drogas avenida de Guadalajara, extendida hasta Vilcálvaro. «Al ser cooperativas, teníamos que dejar terreno para un colegio, un instituto y una iglesia», indica Jesús.

La parroquia comenzó en dos locales en los bajos de un edificio, aglutinando a familias jóvenes de entonces. Hoy, con mucho más construido y adecentado, el territorio parroquial ha crecido: se han envejecido estos dos barrios iniciales, pero se ha renovado la feligresía gracias a los nuevos de alrededor. «Hay un buen grupo de matrimonios jóvenes, de niños…».

Aunque el mejor vecino es el Señor. Así se lo recordó el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, el pasado 13 de junio, cuando bendijo el retablo y el sagrario tan deseado por todos, que habían estrenado en Semana Santa. Un vecino, aseguró el purpurado, que «no solamente no da la lata; os da buenos consejos siempre, podéis hablarle siempre, escucha a todos y por supuesto, al que más lo necesita, siempre está a su lado. Estemos en la condición que estemos».

Retablo granada homilia

Suscripción popular

La petición a los Reyes Magos surtió efecto y, gota a gota, la feligresía ha ido sufragando los gastos de la instalación. El párroco dejó claro que no se iba a «quitar» dinero de otras partidas. «La parroquia tiene mucha vida y está muy involucrada con lo social y la misión; pero igual que atendemos a los pobres, queríamos atender al Dios de los pobres».

Así, la gente «sencilla y humilde del barrio ha ido dando poco a poco» hasta sus bienes más preciados: en el sagrario hay oro de cadenas, sortijas e incluso de las alianzas de boda de los padres ya fallecidos. «Esto hace ver el corazón de la parroquia; un corazón muy de Dios».

El sagrario, en forma de templete circular con cúpula y columnas, está hecho en mármol y latón plateado bañado en una fina capa de oro. Su joya es la puerta: un esmalte realizado con las mismas técnicas que en el siglo XII, esto es, polvo de vidrio fundido al horno, en azul, con la representación del Cordero místico, cuya corona es toda de oro.

Retablo granada sagrario

Si el exterior es importante, «tanto o más lo es el interior». Lo cuenta Lucas Viar, del departamento de proyectos de Granda, aludiendo a aquello que trasladaba el fundador de los talleres, Féix Granda. «El Señor es quien está dentro; pero también para él era muy importante que el sacerdote, cada vez que abriese el sagrario, tuviese una catequesis visual».

Quizá hoy en día adquiere mayor relevancia teniendo en cuenta, añade Viar, que también son los ministros extraordinarios los que acceden al tabernáculo. Así, en su interior, todo forrado de oro, hay una imagen de la última cena en el frontal, y, labrado en el techo, el Espíritu Santo en forma de paloma.

Retablo granada parroco

Retablo que mueva a rezar

Para el retablo, la parroquia tenía una materia prima inmejorable. En el frontal había una ventanal enorme tapada con un pladur. José Antonio Medina, responsable del diseño de Granda, hace un símil con la Fórmula 1: «Cuando uno tiene un buen circuito, el coche corre mucho».

Lo que hicieron fue destapar ese ventanal y cubrirlo con una vidriera en la que está representada la Santísima Trinidad; el Padre entregando a su Hijo en la cruz, y el Espíritu Santo, también aquí en forma de paloma. No se aprecia a simple vista, pero, por casualidad, al soplador del vidrio le salió una burbuja en la cara de Jesucristo. Justo bajo su ojo izquierdo, como si se le estuviera escapando una lágrima…

La vidriera es la parte central de la obra, y deja pasar una luz que «ha cambiado radicalmente el templo», reconoce el párroco. En la parte izquierda hay una Sagrada Familia, con un José joven y varonil, la Virgen María y el Niño. En este caso, es Jesús quien lleva la granada en la mano. Y en la parte derecha del retablo se ha situado el mismo Resucitado que presidía antiguamente el templo.

Como explica el sacerdote, se cumple con esta obra esa función de enseñar de todo retablo: «Un poco de catequesis a través de tres imágenes sencillas» que son la infancia, muerte y Resurrección de Jesús.

Retablo granada sagrada familia

Siguiendo los postulados de la «noble sencillez que pedía el Concilio Vaticano II», añade Viar, el retablo tiene la parte inferior en mármol travertino y la parte superior es madera de tilo pintada simulando al mármol (pesa menos y es más económica). También es de madera la Sagrada Familia, pintada con nogalina que trasluce las vetas. Está todo enmarcado con rosas, un símbolo también, explica Medina, de la vida cristiana. La vida de la gracia en la que, aunque no se vean en el retablo, también hay espinas, porque no hay cristianismo sin cruz.

El retablo «está gustando mucho» y, aunque está cuidado hasta el más mínimo detalle, el objetivo final es que mueva a la piedad. «Que la gente rece mejor y rece más; que ayude a rezar», destaca el párroco, y el diseñador de Granda apunta: «que si tienes un problema gordo, veas la imagen y le pidas ayuda». O, como pidió el cardenal Osoro durante la bendición, que «tus hijos, al venerar estas imágenes en este retablo, tengan los sentimientos propios de Cristo Jesús».

Retablo granada fachada

El tesoro de la parroquia, su gente

En cualquier caso, Javier resume: «Esto será una maravilla, pero el tesoro de la parroquia son sus gentes». Este es el verdadero patrimonio para un sacerdote que conoce bien a sus ovejas: ya estuvo de seminarista y diácono en Nuestra Señora de la Granada, un año como vicario parroquial tras ordenarse, y nueve de párroco. Acaba de ser testigo en su templo de las primeras Misas de dos de los sacerdotes ordenados este año, Pablo Galiot y Jesús Jorge Perea. De ahí la bandera blanca en el campanario, «no porque hayamos ganado la decimocuarta Champions», bromea, aludiendo abiertamente a su madridismo.«Tenemos cuatro hijos de la casa sacerdotes», se emociona.

En la parroquia, la Eucaristía es el centro de todo. Y en torno suyo, lo demás. Un total de 100 voluntarios atienden no solo las catequesis y el día a día; también un aula cultural con más de una decena de actividades, desde visitas a Madrid, montaña, cine, teatro, cocina, sevillanas, zumba o mus. Es una puerta de entrada a gente que quizá de otra manera no llegaría, porque Nuestra Señora de la Granada «es una parroquia abierta, es la casa de todos, creyentes, no creyentes…».

Retablo granada accion social

También participan en la cabalgata de Reyes de Ciudad Lineal, hacen en verano el Camino de Santiago para familias –este año, el inglés, con 50 personas de entre siete y 80 años–, retiros de Emaús para mujeres, más la adoración de los jueves, Manos Unidas, 30 familias atendidas en Cáritas, una biblioteca… Y varias salas con cocina porque «aquí todo lo celebramos comiendo».

También hay proyectos nuevos: ahora, incorporar una campana al campanario. Aunque, en realidad, el legado que a Javier García Toledano le gustaría dejar «es que uno se sienta aquí querido; que se intentó hacer familia».