La parroquia Santa Rita (Gaztambide, 75), de los padres Agustinos Recoletos, en el barrio de Chamberí, ha organizado un amplio programa de actos litúrgicos con motivo de su fiesta patronal en honor a la titular del templo, que se conmemora el 22 de mayo.

Como preparación a la misma, desde el 13 hasta el 21 de mayo el templo acogerá una novena con el lema Con santa Rita, caminamos para ser parroquia. Será reflexionada en clave sinodal desde el documento conclusivo de la etapa continental europea del Sínodo sobre la sinodalidad, y desde la vida de santa Agustina. Los cultos previstos para estos días son:

• 18:30 horas. Rezo del rosario y ejercicio del mes de mayo.
• 19:00 horas. Eucaristía, novena y veneración de la reliquia de la santa.

Misa solemne y bendición de rosas

El lunes 22, solemnidad de santa Rita de Casia, se celebrará la fiesta de la santa en las Eucaristías de las 8:00, 9:00, 11:00, 19:00 y 20:00 horas, además de la solemne, a las 12:00 horas.

En todas las Misas habrá bendición de rosas, que se pueden adquirir a la entrada del templo. Según la tradición, estas rosas se llevan a los enfermos, recordando el símbolo que lleva la santa por el milagro que se le atribuye: en pleno invierno, estando enferma, pidió una rosa, y una vez conseguida, mejoró su salud.

Biografía

Nacida 1380 ó 1831 en Roccaporena (Italia), santa Rita es un modelo de esposa, madre, viuda y religiosa. Después de casarse con Fernando Manzini y tener dos hijos, su esposo fue asesinado debido a las luchas políticas. A pesar de perdonar a los asesinos, descubrió que sus hijos planeaban venganza. Rita oró a Dios, porque prefería verlos muertos antes que convertidos en asesinos. Sus dos hijos enfermaron y murieron jóvenes, lo que llevó a Rita a convertirse en monja en el monasterio agustiniano de Santa María Magdalena, de Casia. Allí sirvió a Dios y a la comunidad con dedicación y generosidad, durante cuarenta años.

Santa Rita falleció el 22 de mayo de 1457, a la edad de 76 años. La gente se agolpó en el convento a presentar sus últimos respetos. Innumerables milagros tuvieron lugar a través de su intercesión, y la devoción hacia ella se extendió a lo largo y a lo ancho. Nunca la enterraron. Su ataúd de madera fue reemplazado por uno de cristal, y su cuerpo permanece incorrupto. Beatificada en 1628 por Urbano VIII, fue canonizada por León XIII en 1900.