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Miércoles, 23 mayo 2018 09:06

Santa María la Real de la Almudena, «un bien para toda la comunidad católica» y para la ciudad

La catedral de Santa María la Real de la Almudena celebra 25 años de su dedicación el próximo 15 de junio. Los numerosos actos preparados para conmemorar esta efeméride arrancaron este martes, 22 de mayo, con una conferencia en el Casino de Madrid, presidida por el obispo auxiliar monseñor Santos Montoya. El purpurado subrayó que el templo «ha sido un bien para toda la comunidad católica», pero también para la ciudad de Madrid por su impacto cultural, en el turismo e incluso económico…

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La mesa redonda arrancó con la intervención de la directora del Museo de la Catedral, Cristina Tarrero, quien recordó que, a pesar de tener solo 25 años, el templo es «heredero de la primera iglesia de Santa María», erigida en el siglo XIII. Esta se encontraba muy cerca de la actual catedral, y en 1623 se localizó allí una imagen antigua de la Virgen de la Flor de Lis que «demuestra que los madrileños rezaban a la Virgen desde el principio».

En este sentido, el delegado de Actos Institucionales de la diócesis, Jesús Junquera, incidió en otro momento de la mesa en que «la historia nos dice que la trajo Santiago Apóstol», es «una virgen de las que se llamaban apostólicas, las primeras que se veneraban cuando empezó la evangelización».

La iglesia donde se veneraba «era el centro de la vida de Madrid» –detalló Junquera– y por ello, como explicó Tarrero, Felipe IV intentó una «gran reforma» en el siglo XVII. El monarca quería «que los madrileños se sintieran orgullosos pensando que se conseguiría esa diócesis tan deseada», pero la iglesia tenía las limitaciones de que era pequeña desde su origen y se encontraba entre edificios. A pesar de los esfuerzos de la Real Esclavitud, que era el «alma de la Iglesia», se fue abandonando hasta que se decretó su demolición en 1868.

La imagen –prosiguió Tarrero– «fue trasladada a la iglesia del Santísimo Sacramento y allí estuvo un tiempo, pero los madrileños querían que la Virgen tuviera su iglesia». En una visita a los reyes Alfonso XII y María de las Mercedes, ella «sugirió unos terrenos frente a palacio». La reina murió unos meses después y el rey decidió cumplir «su último deseo: un templo para la Virgen de la Almudena».

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Varios proyectos

Los primeros planos fueron encargados por el propio monarca al marqués de Cubas y las obras se iniciaron en 1883; si bien el proyecto, que Tarrero tildó de «fabuloso», se revisó en 1885 cuando León XIII «crea la diócesis de Madrid sufragánea de Toledo y ahí el templo que está empezando a construirse se va a convertir en catedral».

De aquel diseño solo se llegó a levantar la cripta; por las vicisitudes históricas, «las obras no se paralizaron nunca pero iban muy lentamente» y, finalmente, en 1944, el arzobispo Eijo y Garay convocó un concurso, del que salió elegido el proyecto de Chueca Goitia.

Por la reconfiguración de la diócesis, con fieles procedentes de otros lugares que obligaron a centrar esfuerzos en construir nuevas parroquias, no se pudo avanzar en las obras y mientras la imagen se mantuvo provisionalmente en San Isidro, como señaló Alfonso Ramonet.

El integrante del Patronato para la Terminación de las Obras de la Catedral destacó la importancia que tuvo la llegada del cardenal Suquía a la diócesis. Con él, las obras se reanudaron «de un modo serio». No se habrían terminado nunca sin el empuje de varias personas a las que aludió en el acto: además del purpurado, el sacerdote Antonio Astillero y el responsable de la constructora CABBSA Ángel César Beltrán. Pero también políticos como el alcalde de entonces, José María Álvarez del Manzano o el presidente del Gobierno, Felipe González; la banca; instituciones como la Casa Real, la Comunidad de Madrid o la Asociación de la Prensa de Madrid, y miles de ciudadanos anónimos.

La catedral fue dedicada por el Papa san Juan Pablo II el 15 de junio de 1993 y, desde entonces, como desgranaron Junquera y Ramonet, ha seguido haciéndose. Y esta historia sigue escribiéndose cada día. «El cardenal Osoro siempre insiste en que tiene que estar abierta para todos. Ahí está la Virgen de la Almudena esperándoos en nuestra catedral», concluyó Junquera.

En la mesa también estuvieron presentes el obispo auxiliar monseñor Jesús Vidal, el presidente del Casino, Javier Torrico Torrico; el vicesecretario del Casino, José Luis de la Calle Gijó, y el director de la tertulia-debate Juan Sebastián Elcano (Países, Viajes y Turismo) del Casino, osé Luis Yzaguirre Romero.