España

Miércoles, 22 octubre 2014 06:47

Monseñor Reig Pla: “Todas las ideologías han caído, por eso el cristianismo está llamado a redimir la sociedad”

El Sin Dios, el hombre no tiene origen, meta ni fundamento, explica Reig Pla comentando a Pablo VI, en la presentación del libro “beato Pablo VI. Escritos esenciales”, que tuvo lugar ayer en Madrid.

“Todas las ideologías han caído”, avisó el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, recordando la época de Pablo VI en plena Guerra Fría. “Hoy hay un cóctel establecido, de raíces marxistas y liberales, que es la ideología de género. Pero Benedicto XVI nos dice que la muerte de Dios supone la muerte del hombre, porque sin Dios el hombre se queda sin origen, sin meta y sin fundamento. Igual que en época de Pablo VI no se veía lo que había tras el Muro de Berlín, este sistema que nos tiene hoy enmarañados no quiere que veamos lo que hay hoy. Por ejemplo, el sistema no quiere nuevos comensales en nuestras mesas, quiere acabar con la pobreza acabando con los pobres. El ébola en África, si hubiese allí buenos hospitales, no estaría como está”.

“Por eso el cristianismo está llamado a redimir todas las sociedad y épocas. Y en el caso de España, pensemos si no necesitamos hoy que se proclame la verdad íntegra de la Doctrina Social de la Iglesia en la política y las instituciones”, proclamó el obispo, sugiriendo –sin especificarlo-, que ninguna fuerza política española en las instituciones defiende hoy la Doctrina Social católica.

El obispo ha sido crítico con los grandes partidos españoles recientemente al calificarlos de estructuras de pecado por su aceptación del aborto y sus políticas antifamilia.

Dando a conocer al nuevo beato
Reig Pla hizo estas declaraciones en la presentación del libro “Beato Pablo VI: escritos esenciales” (Vozdepapel), del dominico José A. Martínez Puche, este martes 21 de octubre en el auditorio de Santa María del Monte Carmelo (C/Ayala, 35, Madrid).

Reig Pla especificó además lo que es una ideología: “una idea se convierte en ideología cuando exacerba una parte de la verdad y no responde a la experiencia humana”.

Y añadió: “Todas las ideologías han caído. Pensamos en la aparatosa caída del Muro de Berlín, pero el destrozo que causa el neoliberalismo o neocapitalismo es igual, o incluso peor que el sistema marxista, porque no sólo afecta a la conducta, sino que entra en el alma. El liberalismo individualista exalta el individuo, olvidando que somos seres familiares, no individuos aislados”.

La Humanae Vitae
Reig Pla recuerda que su primer encargo cuando era sacerdote “novato” en la diócesis de Valencia fue ir de parroquia en parroquia explicando la nueva encíclica “Humanae Vitae” en 1968, la enseñanza de Pablo VI a favor de una sexualidad que acoge la fertilidad natural de la pareja, niega la licitud de la contracepción y explica por qué sí es aceptable el uso de medios naturales de regulación de la fertilidad cuando razones serias aconsejan espaciar los nacimientos en una familia.

Esta encíclica, insistió Reig Pla, no trataba sólo “del sexto mandamiento”, sino que tenía todo un enfoque social que luego recogería, por ejemplo Benedicto XVI en “Caritas in Veritate”.

“Benedicto XVI en Caritas in Veritate habla de la bioética como tema central de nuestra época. Muchos lo ven como un tema de sexto mandamiento, de moral personal, y así lo han tratado en catequesis, en escuelas. Pero se equivocan. Hay que desprivatizar el hecho del matrimonio y la familia, ¡es una cuestión social!”, reivindica Reig Pla.

Sin derecho a la vida no hay estado de derecho
Y añade: “No hay posibilidad de estado de derecho mientras no se defienda el derecho a la vida naciente y terminal. No hay sociedad justa sin el elemental derecho a la vida. No vivimos juntos porque haya un contrato social como decía Rousseau. Vivimos juntos por la vocación a la sociabilidad que tiene el hombre, que es un reflejo de la Trinidad. Todo se cae abajo si no hay respeto a la dignidad de la vida humana”, añadió.

Reig Pla recordó que ya en el Concilio Vaticano II, en la “Gaudium et Spes”, se hablaba de la doble dimensión unitiva y procreativa del matrimonio, y de la apertura a la vida. Pero faltaba desarrollarlo. En 1968, el año del “Mayo francés”, de la difusión de la píldora anticonceptiva, Pablo VI lo hizo al publicar “Humanae Vitae”.

“Lean el número 17 de Humanae Vitae. Me la sé de memoria porque, como dije, la expliqué en todas las parroquias de Valencia. Es profética. Explica que cada acto conyugal debe estar abierto a la vida. Luego comenta la paternidad responsable. Se estaba decidiendo una imagen del hombre. Propone pasar del hombre egoísta y calculador al que respeta el ciclo de la mujer, sabe distinguir tiempos y momentos, en donación personal. La gran cuestión ya no es el trabajo o el capital. No, es el hombre, es la cuestión antropológica, cuestionada por el individualismo que prescinde de la verdad sobre Dios, incluso sobre el cuerpo humano”.

Coincidiendo con el caos del posconcilio llegaron, dice el obispo, “la revolución sexual, la ideología de género, las teorías queer, etc.. Conferencia Episcopales enteras entraron en disenso contra la Humanae Vitae. Fue el tormento de Pablo VI. El Papa no proclamó lo que pedían las comisiones, sino lo que enseñaba la tradición eclesial. Esa es la grandeza de la Iglesia”.

El martirio de Pablo VI
Sobre el “tormento” o “martirio” de Pablo VI habló también el autor de Beato Pablo VI: escritos esenciales, el dominico José A. Martínez Puche. Puche fue el gran impulsor de la editorial Edibesa y –como explicó Álex Rosal, director del Grupo Libres- “creador de El Evangelio del Día, que va a cumplir 20 años, y que en algunos años llego a vender un millón de ejemplares… Si las editoriales laicas hubieran estado atentas habrían querido ficharle”.

Puche explicó que “me atreví a hablar de Pablo VI como Papa y mártir. Si no fue mártir es porque Dios no quiso, porque sufrió un atentado y el domingo veíamos su camiseta ensangrentada como reliquia en el Vaticano. Su amigo de infancia Aldo Moro, dirigente italiano de los más respetados de la Democracia Cristiana fue asesinado seis meses antes de morir el Papa. Pablo VI había escrito una carta a los terroristas de las Brigadas Rojas unos meses antes y la respuesta de ellos fue el asesinato de Aldo Moro”.

Puche comentó la campaña de tantas instituciones contra la propuesta profética de la Humane Vitae. “En mi libro publico el discurso que dirigió con gran altura y elegancia a la ONU… y la ONU se lo pagó criticando la Humanae Vitae porque, decían, impedía que el mundo cobrara conciencia de la necesidad de reducir la natalidad”.

Otro ejemplo triste se dio en Francia. “Se ve en los escritos de Pablo VI y en sus notas que él bebía de grandes teólogos y literatos franceses, de Maritain, Paul Claudel, Congar, De Lubac… Pues bien, la Conferencia Episcopal de Francia se puso en pleno en contra de la Humanae Vitae”.

En un texto del 29 de junio de 1978, cuando le quedan 40 días de vida, en su última homilía Pablo VI escribía: “el propósito vigilante, agobiante, que me ha movido, fue guardar la fe, tengo la conciencia de nunca haber traicionado la verdad”. Hacía una “llamada angustiada” a los que arrastran a otros al error “a través de sus opiniones personales”. Y repetía: “consideramos imprescindible la defensa de la vida humana”.

Un Papa que se va consumiendo
“No fue un Papa amargado, pero sí se fue consumiendo”, matizó Martínez Puche.

Pese a todo, incluso en sus últimos días cantaba a la vida. “Bendigo al Vencedor de la Muerte por haber disipado las tinieblas”, escribió. Y también: “Siento el deber de celebrar el don, la fortuna, la belleza, el destino de esta vida, experiencia fugaz”. Y más aún: decía que la vida es “un hecho bellísimo, digno de ser cantado con gozo y con gloria, la vida, ¡la vida del hombre!”

Martínez Puche sentencia: “He publicado muchas encíclicas pero en elegancia y valentía, como las de Pablo VI, no hay ninguna”.

Y citando a Martín Descalzo añadió: “Fue el primer papa de la historia desgarrado, devorado por sus propios hijos católicos, pero su corazón y su mano no vaciló”.

Y usando palabras de Juan Pablo II: “Pablo VI supo conducir a la Iglesia en un momento de cambios amplios, repentinos e impredecibles”.

“Lo que escribió Pablo VI hoy sigue siendo de gran valor y actualidad”, concluye Martínez Puche.

Sobre el libro y Pablo VI
Beato Pablo VI: escritos esenciales, de José A. Martínez Puche, es, según Álex Rosal, director del Grupo Libres, “posiblemente el primer libro publicado en España o Iberoamérica tras proclamar el Papa Francisco a Pablo VI como beato, ese Papa que Martín Descalzo llamaba el Papa creciente, porque va creciendo con el tiempo y a medida que es más conocido es más valorado”.

Pablo VI fue el primer Papa que viajo en avión y que visitó Tierra Santa. Viajó a los cinco continentes y por eso fue el primero en ser apodado “el Papa viajero”. Fue coronado con la tiara regalada por los fieles de Milán… pero un año después la vendió y dio el dinero a obras con los pobres de la Madre Teresa. Ningún Papa desde entonces ha usado tiara.

Un desequilibrado le acuchilló en el aeropuerto de Manila, sin llegar a matarle, pero su camiseta ensangrentada fue la reliquia presentada en la ceremonia de beatificación.

Abolió el Índice de Libros Prohibidos y fue el primer Papa en nombrar mujeres como Doctoras de la Iglesia: Santa Teresa de Ávila y Santa Catalina de Siena.

Sus escritos, como explica José A. Martínez Puche, que los ha seleccionado y comentado en Beato Pablo VI, no tienen igual, al compararlos a otros textos papales del siglo XX y XXI, “en elegancia y valentía”. y análisis al lector de hoy.

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