Archidiocesis de Madrid - Mons. Carlos Osoro recibe la Medalla de Hermano Mayor Protector de la Congregación de la Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena

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Miércoles, 10 diciembre 2014 06:00

Mons. Carlos Osoro recibe la Medalla de Hermano Mayor Protector de la Congregación de la Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena ^Featured

La Real Esclavitud de la Almudena entregó ayer al Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, la Medalla de Hermano Mayor Protector de la Congregación de la Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena. Lo hizo en el transcurso de la Misa mensual del movimiento que presidió el prelado madrileño en la Catedral.

En su homilía, el Arzobispo de Madrid habló del tiempo litúrgico que estamos viviendo, explicando que “nos estamos preparando, esperando al Señor. Nuestro Dios, el que esperamos, no llega con el poder de los hombres. Es un Dios que nos pide que hagamos un cántico nuevo, como la santísima Virgen María supo hacer de una manera maravillosa, excepcional: es el ser humano que ha hecho el canto más bello, ya que fue prestando su vida y haciendo posible que Dios se acercase … Quizás Ella también, en estos momentos que estamos viviendo, nos está pidiendo a todos los cristianos aquella expresión de Jesús en la Cruz, al discípulo que tanto quería: ahí tienes a tu madre. Es una expresión llena de contenido para nosotros en estos momentos”.

Resaltó tres aspectos, “porque es el Señor quien, a través de la Iglesia, nos regala en su palabras estas tres direcciones para nuestra vida. Buscad a todos los hombres, nos dice el Señor. En segundo lugar, nos dice que los busquemos para llevarles la alegría del Evangelio. Y, en tercer lugar, el Señor nos dice que lo hagamos hablándoles al corazón”. En este sentido, señaló que “las ideas son necesarias, pero si las ideas no tocan el corazón de las personas no cambia la vida. Esto es lo que nos dice el Señor cuando nos habla a los hombres: que no nos quedemos en palabras, sino que alcancemos el corazón. Busquemos a todos los hombres”.

Reconoció que, a veces, los hombres hacemos proyectos “sin tener en cuenta lo que Dios nos pide y nos dice con respecto a lo que es el hombre, el ser humano. Por eso, es necesario que tengamos esa actitud profunda de corazón: vamos a buscar a todos los hombres, pero no los vamos a buscar solos, porque nos acompaña la Santísima Virgen María, que es la que mejor abre las puertas del corazón de los hombres. Quien lleva a la Virgen María, se acerca con toda seguridad a todos los hombres”. Por eso, animó a los presentes buscar a los hombres. “Como nos dice Jesús, todo discípulo tiene que estar en actitud de salida, de búsqueda, pero no llevando baratijas, sino llevando la llave que abre las puertas de los corazones. Esa llave es la Virgen María”, afirmó.

En segundo lugar, invitó a buscar a los hombres, “para llevarles la alegría del Evangelio… Hay que llevar la alegría del Evangelio: la alegría de sabernos queridos por Dios, de sabernos salvados por Dios, de saber que tenemos casa, que tenemos alguien que nos abraza, que no estamos solos en la vida, que tenemos metas, que tenemos dirección, que nuestra vida tiene sentido”. En este sentido, hizo alusión a las lecturas proclamadas, afirmando que “el consuelo que tenemos los hombres es regalarles esta gran noticia de que Dios está de su parte… Preparad el camino para que el Señor entre en el corazón de todos los hombres. Para eso hay que llevar la alegría del Evangelio. Busquemos a todos los hombres para llevarles la alegría del Evangelio”.

Por último, animó a hablar a los hombres al corazón, porque es “donde se mueve todo”.

Concluyó su homilía afirmando: “Seguro que la Santísima Virgen María, figura importante del Adviento, en este día en que podemos escuchar del Señor que busquemos a todos los hombres, que les llevemos la alegría del Evangelio, nos enseña la manera de llegar al corazón de los hombres”.

Al finalizar la Eucaristía, Mons. Osoro firmó en el llamado “Libro de Reyes” de la Real Esclavitud.