En el marco de su 60 cumpleaños, Manos Unidas presenta una nueva campaña que tiene como lema Creemos en la igualdad y en la dignidad de las personas. 

Arrancó con una rueda de prensa el martes 5 de febrero, en la sede de la Asociación de la Prensa. En ella, la misionera leonesa María Jesús Pérez, directora ejecutiva de la Fundación MAQUITA Cushunchic, y Martha Beatriz Roldán, una joven mujer indígena ecuatoriana beneficiaria de la organización, compartieron su trabajo en lucha contra el hambre, acompañadas por Clara Pardo, presidenta de Manos Unidas.

María Jesús Pérez, que lleva 35 años en Ecuador, destacó que «una persona es doblemente pobre si es mujer y triplemente pobre si además es indígena o negra». Además, explicó el trabajo de su organización, que cuenta con 450 organizaciones campesinas asociadas, está presente en 18 provincias de Ecuador y es una de las más importantes con las que trabaja Manos Unidas en Ecuador, especializada en empoderamiento de la mujer, economía social y solidaria y comercio justo como modo de luchar contra el hambre, la desigualdad y las injusticias.

Por su parte, Martha Beatriz Roldán detalló que «aunque ahora soy una líder indígena en mi comunidad, mis orígenes son de esclavitud por la situación que vivía mi familia con los terratenientes». Gracias al trabajo que realizan con el apoyo de Manos Unidas y MAQUITA, detalló, las mujeres ahora tienen voz, participan y son dueñas de su futuro, en un entorno en el que antes prácticamente no existían.

En esta línea, la presidenta de Manos Unidas inciidió en que la organización  no «celebra» su 60 años, pues el hambre debería haber acabado ya, sino que aprovecha la efeméride para reforzar su denuncia sobre la situación de la mujer en los países empobrecidos en los que trabaja e inicia un periodo de tres años en el que reivindicará el cumplimiento de los derechos humanos en todo el mundo. «Por todas esas mujeres, por las que no son independientes, por las que no se sienten seguras, por aquellas cuya voz no se oye, por mucho que griten, es por las que vamos a trabajar especialmente este año en nuestra campaña», aseveró.

Acto público y ayuno

El miércoles 6 de febrero, por la tarde, tuvo lugar el lanzamiento público de la campaña en el auditorio de la Mutua Madrileña, repleto fundamentalmente de socios, donantes, voluntarios y colaboradores de la organización.

El viernes 8, como gesto de apoyo a los 821 millones de personas que sufren cada día el hambre en el mundo, Manos Unidas celebra el Día del Ayuno Voluntario. Muchas parroquias y colegios de la archidiócesis se sumarán a esta iniciativa ofreciendo el dinero de su comida para ayudar a paliar el hambre en el mundo a través de uno de los 1.500 proyectos de desarrollo que apoya Manos Unidas en 59 países de todo el mundo. Lo harán a través de las «cenas del hambre» donde, simbólicamente, toman únicamente pan, fruta o una infusión, solidarizándose así con la gente que pasa necesidades.

Eucaristía presidida por el cardenal Osoro

La Misa de lanzamiento de la campaña se celebrará el domingo 10 de febrero en la parroquia Santa María del Pilar (Reyes Magos, 3). Presidida por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, dará comienzo a las 10:30 horas, y será emitida por la 2 de TVE en el programa El Día del Señor. Además, en esta jornada, el dinero de la colecta que se realice en las parroquias y lugares de culto de la diócesis irá destinada a Manos Unidas.

Las actividades de lanzamiento de la 60 campaña de Manos Unidas en Madrid concluirán el lunes 11 de febrero. A partir de las 11:00 horas, la sede central de Manos Unidas (Barquillo, 38, 3ª planta) acogerá la mesa redonda informativa Mujeres contra la violencia. Con las aportaciones de Ana Ruth Orellana, MSM (El Salvador), experta en incidencia en políticas públicas frente a la violencia de género; Mirta Lezcano, Tatarendy (Paraguay), experta en la defensa de las mujeres en situación de prostitución; y Desirée Bozzetta, adoratrices (Perú), experta en trata y tráfico de mujeres en situación de explotación sexual. También estarán presentes Diana Marcela Torres, del Servicio Jesuita de Refugiados en la frontera entre Colombia y Venezuela, y Marta Noya, del centro Juana Azurduy que trabaja con mujeres maltratadas en Bolivia.

Más información: materiales de la campaña