El Centro de Adicciones de Cáritas Diocesana de Madrid ha dado un paso más en su nueva andadura en la calle Santa Hortensia, 1. Sus instalaciones, inauguradas el pasado mes de febrero, fueron bendecidas el pasado viernes, 15 de marzo,º por José Luis Segovia, vicario para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación. Estuvo acompañado por Juan Carlos Vera, vicario episcopal de Vicaría I; la Dirección de Cáritas Diocesana; el párroco de Santa Matilde, la parroquia donde se encuentra el centro, y los sacerdotes coordinadores de Cáritas en las vicarías, así como las personas voluntarias y educadores del centro.
En el acto, Segovia leyó una carta enviada por el cardenal Osoro con motivo de la bendición. En primer lugar se dirigió a todos al asegurar que «el enemigo mayor que tenemos somos nosotros mismos: nuestra capacidad para engañarnos y para pensar fatalmente que no tenemos remedio, que no hay salida para las dependencias que todos tenemos». Y a continuación el cardenal añadió: «Eso es mentira. Dios ha regalado a cada uno un potencial inmenso de posibilidades. Fiaos de quienes os acompañan y ayudan. Miraos como Dios os mira. Él descubre en vuestro interior, a veces roto por mucho dolor, una riqueza inmensa. Dejaos querer el Él y por quienes en su nombre os quieren también y sacad lo mejor de vosotros mismos».
La segunda idea que quiso añadir el cardenal Osoro a los presentes en el Centro de Tratamiento de Adicciones de Cáritas Diocesana de Madrid es que «todos necesitamos de todos», y en concreto señaló que «sin vosotros estoy incompleto: sois un tesoro para la Iglesia de Madrid». También subrayó que «para cambiar el mundo no hace falta tener muchos medios, es suficiente con ser humilde y dejarse querer por Dios».
Por último, animó a todos a «ponerse las pilas para ser más libres, más maduros y más creyentes» y se despidió prometiendo una pronta visita.
En el acto de bendición también intervinieron varias personas que están siendo atendidas en el centro, así como personas voluntarias y responsables del proyecto. El proyecto, cuya misión es mejorar las condiciones de vida de quienes sufren alguna adicción, tiene carácter ambulatorio, y además es un centro de día donde se atiende, valora y acoge a 20 personas con adicciones a diferentes sustancias, así como adicciones sociales. Además de ofrecer servicios básicos de comedor, higiene, lavandería y taquillas, en el centro también se imparten talleres de teatro, repostería, informática, lectura, videofórum, pintura, deporte o textil. Asimismo, las personas que son acogidas allí cuentan con una atención psicosocial.