Proyecto Esperanza-Adoratrices ha dado respuesta en 2019, en Madrid, a 55 mujeres víctimas de trata con necesidad de protección internacional (21 casos nuevos + 34 casos seguimiento). Esta labor se ha llevado a cabo en el marco del programa de asistencia social, jurídica, psicológica y acogida temporal a mujeres víctimas de trata de seres humanos solicitantes de asilo y a sus hijos/as, que desarrolla la Entidad de Adoratrices, a la que pertenece el Proyecto Esperanza. Además de en Madrid, este programa se desarrolla también en Almería, Cataluña, Córdoba y Sevilla, con la financiación del Fondo Europeo de Asilo, Migración e Integración (FAMI), gestionado por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, en concreto por la Dirección General de Integración y Atención Humanitaria.

Las mujeres extranjeras de terceros países que han sido víctimas de trata y que no pueden volver a sus países de origen en condiciones seguras están en una situación de vulnerabilidad máxima y muchas de ellas están en necesidad de protección internacional. De su correcta detección e identificación, así como de la correcta valoración individual de sus necesidades depende que puedan acceder al ejercicio efectivo de sus derechos y a servicios que faciliten su recuperación integral, según lo exigido por la legislación nacional e internacional. Sólo así se puede evitar su revictimización y el hecho de que puedan ser expuestas a un trato cruel inhumano o degradante en el caso de que sean devueltas a sus países de origen sin garantías.

Marta González, coordinadora del Área de Sensibilización e Incidencia Política de Proyecto Esperanza, añade: «La concesión de 7 estatutos de asilo a mujeres nigerianas víctimas de trata atendidas por el Proyecto Esperanza y a uno de sus hijos menores de edad, supone un avance muy importante en el reconocimiento por parte de las autoridades españolas de sus derechos. También es fruto del buen trabajo desarrollado en estrecha colaboración y complementariedad entre CEAR, como entidad experta en la atención a personas refugiadas, y Proyecto Esperanza, como entidad experta en la atención a mujeres víctimas de la trata, para documentar y evidenciar en estos casos la interconexión entre la trata de seres humanos y la necesidad de protección internacional».

Desde el Proyecto Esperanza se insiste en la necesidad de seguir incidiendo en que se reconozca en la práctica que la protección prevista para víctimas de trata en la ley de extranjería y en la Ley de Asilo son compatibles y no excluyentes entre sí y en que se debe garantizar la posibilidad de aplicar ambos sistemas de protección de forma paralela, cuando el caso así lo requiera.

Programa integral con enfoque de Derechos Humanos, Género e Interculturalidad

Los objetivos del programa de asistencia social, jurídica, psicológica y acogida temporal a mujeres víctimas de trata de seres humanos solicitantes de asilo y a sus hijos/as, desarrollado por la Entidad de Adoratrices son:

1. Garantizar el pleno acceso a derechos de las mujeres víctimas de trata solicitantes de asilo
2. Ofrecer alojamiento seguro y confidencial donde la mujer pueda iniciar su proceso de recuperación e integración
3. Prestar un servicio especializado social, jurídico y psicológico, ajustado a las necesidades de las beneficiarias orientadas a la integración social de las mujeres.
4. Promover la coordinación institucional para favorecer el procedimiento de asilo de las mujeres atendidas.

Asilo y Trata: ¿Cuándo es posible su aplicación?

Desde Proyecto Esperanza consideran que en muchos de estos casos la protección internacional para víctimas de trata es plenamente aplicable y exigible, de acuerdo con nuestra legislación y con el Derecho Internacional, en concreto cuando:

• Las víctimas de trata se han visto obligadas salir de su país huyendo de la violencia de género u otras manifestaciones de violencia y volverían a estar expuestas a ella si regresan sin que se garantice su seguridad.
• Han sido víctimas de trata con fines de explotación, mayoritariamente sexual, en Europa y temen regresar a su país de origen, ya que se verían expuestas al rechazo y a la estigmatización por parte de sus familias y/o comunidades de origen.
• Han conseguido huir de las redes, pero no han saldado la deuda que les exigían los tratantes, o han llegado a colaborar con las autoridades policiales o judiciales contra los autores del delito, y se verían expuestas a graves represalias o al riesgo de ser re-traficadas, en el caso de ser devueltas a su país de origen, al existir una enorme impunidad, ineficacia y corrupción de las autoridades en muchos de los países de los que provienen.

«Es fundamental seguir haciendo hincapié en la necesidad de seguir formando a los y las profesionales para que sepan detectar indicios de trata en el marco de los procedimientos de asilo y, viceversa, en la necesidad de detectar las posibles situaciones de riesgo a las que se puede enfrentar una víctima de trata si es devuelta a su país de origen, para informarle de que puede solicitar asilo en España», explica Marta González.