Selvas Amazónicas, entidad de misiones dominicas de la Provincia de Hispania, y Acción Verapaz convocan este miércoles 20 de noviembre una concentración de apoyo a los campesinos de El Seybo que, acompañados por el misionero dominico Miguel Ángel Gullón, fueron duramente reprimidos el domingo 17 de noviembre en el transcurso de una marcha pacífica en la que reclamaban la devolución de sus tierras. Fray Miguel Ángel Gullón, que ha tenido que retrasar su viaje a España por la dureza de los acontecimientos, estará presente durante la concentración y en la posterior presentación del Informe 2019, en el que se relata la realidad de las familias campesinas de la Culebra de Vicentillo, El Seybo (República Dominicana).

El 6 de septiembre de 2018 las familias campesinas de La Culebra, Vicentillo, sufrieron el desalojo y expulsión de sus casas y tierras, siendo sus cultivos arrasados por parte de un grupo violento de guardias, policías y civiles. Han sido perseguidos, arrestados y criminalizados por el gobierno por querer recuperar sus tierras. La lucha por el derecho a la tierra se ha cobrado la vida del niño de 12 años Carlos Rojas Peguero, asesinado el 25 de marzo de 2019 al acceder a las tierras del terrateniente Pedro Guillermo Varona, conocido como El Cubano.

Las familias que sufrieron el desalojo, reunidas en la asociación de campesinos Mamá Tingó, con el apoyo de otras entidades, iniciaron una caminata el 21 de octubre desde la ciudad de Santa Cruz de El Seybo hasta el Palacio Nacional en Santo Domingo (República Dominicana), solicitando una reunión con el presidente Danilo Medina Sánchez. Caminaron 170 kilómetros y desde el 25 de octubre han permanecido en la capital con el firme propósito de que el presidente les escuchara y atendiera sus demandas. Estuvieron acampados frente al Palacio hasta que en la madrugada del 31 de octubre fueron desalojados por la fuerza, siendo acogidos en la casa de las Misioneras Dominicas del Rosario en Santo Domingo.

El 8 de noviembre fueron recibidos por el ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, quien se comprometió a retirar las órdenes de arresto y liberar a los campesinos presos y a la medición de las tierras de las que habían sido expulsados para valorar su devolución.

Los días 13 y 14 de noviembre una comisión formada por campesinos, funcionarios del Instituto Agrario Dominicano (IAD), del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y de la Comisión Permanente de Titulación de Terrenos del Estado (CPTTE) se desplazó desde Santo Domingo hasta las tierras, en la región de El Seybo, para llevar a cabo la medición de los terrenos. En el segundo día la medición no pudo llevarse a cabo por amenazas de los guardas armados del terrateniente Pedro G. Varona.

Debido a la falta de medidas del gobierno para facilitar los medios necesarios para la medición del terreno, las familias campesinas convocaron una marcha pacífica el domingo 17 de noviembre hasta el Palacio Presidencial exigiendo que se llevara a cabo el cálculo de la extensión del terreno. La marcha fue duramente reprimida por la policía, con violencia, uso de gases lacrimógenos y con el resultado de varias personas heridas que requirieron asistencia sanitaria.

Flores de dignidad en tierra de sangre

La defensa de la dignidad es una lucha constante en la familia dominica, y fray Miguel Ángel Gullón lo lleva por bandera en su hacer misionero permaneciendo al lado del campesinado empobrecido que sufre la injusticia.

El dominico estará presente en Madrid para participar el miércoles 20 de noviembre, a las 18:00 horas, en la concentración frente a la Embajada de República Dominicana (paseo de la Castellana, 30). Ese mismo día, a las 19:30 horas, presentará el Informe 2019 de Selvas Amazónicas, Flores de dignidad en tierra de sangre. El acto tendrá lugar en el espacio O_Lumen (Claudio Coello, 141). Durante la presentación, el misionero estará acompañado por fray Jesús Espeja, maestro en Sagrada Teología, y Ricardo Olmedo, redactor en Radio Televisión Española.

El informe relata las penosas condiciones de vida y trabajo de los braceros, los trabajadores de los campos de caña de azúcar, principalmente haitianos, que sufren violaciones diarias de derechos con la complicidad de las autoridades; pone de manifiesto las prácticas acaparadoras de tierra de los grandes terratenientes, dejando al campesinado sin modo de subsistencia y las desastrosas consecuencias de estás prácticas para la región: destrucción del medio ambiente, acceso reducido a la tierra para las comunidades locales, desalojos forzosos y condiciones laborales precarias en las plantaciones de caña de azúcar.