Madrid

Jueves, 25 junio 2020 13:24

Los padres Salvatorianos manifiestan su alegría por la próxima beatificación de su fundador

Los padres Salvatorianos manifiestan su alegría por la próxima beatificación de su fundador

El pasado 19 de junio, el Santo Padre autorizaba a la Congregación de las Causas de los Santos la promulgación del decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión del  fundador de los padres Salvatorianos, el venerable siervo de Dios Francisco María de la Cruz Jordán.

Desde la parroquia Divino Salvador (avda. Santuario de Valverde, 37), inaugurada el 19 de mayo de 2019 por el cardenal Carlos Osoro, los religiosos manifiestan su alegría. Su párroco, el padre José María Rodanés, SDS, asegura que «con este anuncio se ha terminado el proceso sobre el milagro y se abre definitivamente el camino hacia la beatificación de nuestro querido fundador», aunque aún se desconoce «la fecha y el lugar de la ceremonia».

Un carisma propio de nuestro tiempo

«El padre Francisco María, explica, se adelantó a la situación de su tiempo. Por eso, su carisma encaja en estos tiempos. La situación en la sociedad y en la Iglesia, salvadas las distancias, es similar a la nuestra. En tiempos de Jordán hubo confrontación del gobierno de Otto von Bismarck con la iglesia alemana, llegando a prohibirse los estudios eclesiásticos, las ordenaciones sacerdotales y las congregaciones. Hoy las confrontaciones de gobiernos o de la sociedad suelen ser más sutiles. En su época, los católicos, al presentarse dichas dificultades, abandonaban las prácticas religiosas. Y es que, la fe en el pueblo, era tradicional y superficial, pues consistía más en tradiciones y costumbres pasadas de padres a hijos y nietos, que una vivencia profunda y convencida».

«Jordán, como otras personalidades de la Iglesia, se preocupó mucho por esta situación; participó en varios de los famosos Congresos Católicos que buscaban responder a su tiempo». Una época en la que «hubo varios fundadores con carismas complementarios, como Don Bosco, fundador de los salesianos, y Arnold Janssen, del Verbo Divino...». «Jordán pensó en una “nueva evangelización”, aunque no existía ese concepto. Es decir: trabajó y consiguió incorporar a los laicos en una evangelización directa. A los padres, maestros, taberneros, intelectuales... a estos últimos, con un Instituto propio; y después también integró a los jóvenes y niños cuando creó revistas para ellos, logrando que ellos mismos fueran sus propagadores directos».

«Era importante evangelizar de forma popular, que la gente entendiera, se ilusionara y viviera la fe de forma más profunda y convencida. Hoy se habla de “opción por los pobres”. El trabajo con “desechables” siempre se ha dado entre los salvatorianos -laicos, hermanas, religiosos- desde los orígenes: creando o atendiendo diversas organizaciones para niños, jóvenes y más tarde con adultos. Para llevar a cabo su proyecto, Jordán fundó varias revistas en italiano, alemán, latín e idiomas del este de Europa, según la necesidad. Para ello creó algunas imprentas propias, en Roma, Suiza o en Alemania. Algunas revistas y Calendarios apostólicos han llegado hasta nuestros tiempos, con el mismo nombre o con adaptaciones. Y es que, al estilo de san Pablo, definió que debemos usar en la evangelización todos los medios que la caridad de Cristo nos inspire».

Iglesia en salida

El padre Rodanés prosigue explicando la actualidad del carisma salvatoriano. «Hoy hablamos de evangelizar “en salida”. Siendo apenas 12 miembros, nuestro fundador envió 3 a la india a una Misión encomendada por Propaganda Fidei. Y en poco tiempo había aceptado misiones en Brasil, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, y diversas naciones orientales de Europa. En la actualidad, estamos presentes en más de 40 países».DetalleRoseton

Y es que Jordán «no pensó en una sola actividad concreta para la Iglesia, sino en una “universalidad de modos y medios” a usar y evaluar en el período o lugar donde se establecieran los salvatorianos. Eso, en nuestra tradición, se ha denominado “universalidad de formas y medios”. Para bien o para mal: hay quien ha confundido el carisma con hacer de todo, con las actividades que llevamos a cabo. Y para bien: porque las actividades no son lo principal, sino que pueden ser redefinidas en cada momento de acuerdo a la situación de la sociedad, de la iglesia local y de la iglesia universal en la línea de nuestro carisma misionero y evangelizador».

«Para ello, en sus inicios no pensó en una congregación, sino en un movimiento de Iglesia que coordinara fuerzas: Pero tuvo que adaptarse a su tiempo: comenzó interesando a laicos con un amplio movimiento, después tuvo que adaptarse a fundar una congregación masculina, y años más tarde una femenina. Hoy el conjunto, manteniendo su independencia o las tres ramas, se coordina y denomina Familia Salvatoriana».

Biografía

Francisco María de la Cruz Jordán nació el 16 de junio de 1848 en Gurtweil (Alemania), hijo de Lorenzo Jordan y Notburga Peter. Bautizado como Juan Bautista, se cambió el nombre como religioso, según costumbre, al comenzar nueva forma de vida.

Era el segundo de tres hermanos en una familia pobre y fuertemente endeudada. Con 12 años propuso a su madre, viuda, ser sacerdote; su madre lo necesitaba para ganarse el pan de cada día y la respuesta fue: no sirves para eso. Obediente, fue un sostén para la familia. Pero se fue preparando con el sacerdote del pueblo, y a los 26 años pudo comenzar a estudiar Filosofía y teología, ordenándose sacerdote en 1878.DetalleJordan

En este proceso debe reconocerse la voluntad y claridad del joven, el apoyo de su madre y del sacerdote del pueblo, la implicación de los vecinos para pagarle y ayudarle en sus estudios, la profunda oración y apertura a todo lo espiritual, la búsqueda constante de la voluntad de Dios. Nunca tuvo dudas de su vocación, pero sí de la forma en que debía concretarla o entregar su vida a su misión sacerdotal.

Su hobby y su facilidad fueron los idiomas, sobre todo orientales. En el archivo de Roma se encuentran los cuadernos que usaba para aprenderlos y se ve el esfuerzo y el nivel que tenía en ellos; en varios, muy alto.

Al tener prohibido trabajar como sacerdote en su país, fue mandado a Roma a estudiar idiomas orientales. Enviado a Tierra Santa en misión especial, aprovechó varios meses para profundizar diversos idiomas por el camino, y para meditar y consultar a personalidades sobre sus ideas y proyectos, volviendo a Roma con la idea clara de «poner manos a la obra», según escribió. Ni corto ni perezoso presentó su proyecto directamente al Santo Padre, quien le animó y le dio su bendición.

A lo largo de su vida, fue un animador espiritual incansable del espíritu misionero, de los jóvenes estudiantes de teología, de las publicaciones, y de las religiosas y religiosos en general. Los laicos, por circunstancias y avatares de la historia, fueron decayendo, hasta ser recuperados después del Concilia Vaticano II.

Se conserva su Diario Espiritual (o libro de propósitos personales). Y muchas de sus alocuciones semanales, que brotaban espontáneamente de su corazón y profundidad religiosa, y que han sido publicadas para crecimiento espiritual de sus seguidores.

Tuvo que superar muchas dificultades económicas, con una gran confianza en la Providencia y en la Madre de Dios, que con frecuencia casi milagrosamente acudían en su ayuda. Igualmente, sufrió una época de grandes cruces por difamaciones en la prensa alemana por parte de algún exmiembro, sobre asuntos internos y de organización como fundador.

Murió el 8 de septiembre de 1918 en Tafers, cerca de Friburgo (Suiza) al acabar la II Guerra mundial, dedicando sus últimos años de vida sobre todo a la orientación espiritual por contactos y por cartas, habiendo dejado de lado los asuntos administrativos en manos de su sucesor el padre Pancracio Pfeiffer, gran colaborador con Pío XII en salvar vidas de judíos, italianos, alemanes y otras nacionalidades.

Todos le consideraban santo desde su muerte, pero nadie se ocupó de su proceso en muchos años, hasta que no hace mucho se dio un impulso al mismo.

Presencia en Madrid

Los padres Salvatorianos están presentes en la diócesis desde 1974. «Siempre hemos estado colaborando con distintas parroquias. Más de dos años, por ejemplo en: San Miguel Arcángel de Fuencarral, Bustarviejo, Valdemanco; San Juan María Vianney; Santa Lucía y Santa Ana; Nuestra Señora del Val; Nuestra Señora de Altagracia; Beata María Ana Mogas, cuando la parroquia estaba en un barracón. Y ahora, en Monte Carmelo, primero en nuestro garaje y en un barracón. El 19 de mayo de 2019, el cardenal Carlos Osoro consagró el altar de la parroquia Divino Salvador; en 2020 se está llevando a cabo la construcción de la segunda fase: capilla lateral, salones, viviendas...», concluye.DetalleParroquia

Arzobispado de Madrid

Sede central
Bailén, 8
Tel.: 91 454 64 00
info@archidiocesis.madrid

Catedral

Bailén, 10
Tel.: 91 542 22 00
informacion@catedraldelaalmudena.es
catedraldelaalmudena.es

 

Medios

Medios de Comunicación Social

 La Pasa, 5, bajo dcha.

Tel.: 91 364 40 50

infomadrid@archimadrid.es

 

Informática

Departamento de Internet

C/ Bailén 8
webmaster@archimadrid.org

Servicio Informático
Recursos parroquiales

SEPA
Utilidad para norma SEPA

 

Search