En el marco de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, celebrada este 7 de octubre, la Vicaría para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación organizó un seminario virtual en torno a No os dejéis robar la dignidad. El Papa Francisco y el trabajo, obra del responsable de Publicaciones de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Abraham Canales. El autor estuvo acompañado por el vicario, José Luis Segovia, y por el director de la revista Vida Nueva, José Beltrán.
Ante la pandemia de la COVID-19, Canales recordó el desafío que Francisco nos plantea: «¿Cómo queremos que sea ese mundo de después?». Aludiendo a la encíclica Laudato si, subrayó que se trata de un documento «magistral para saber lo que nos está pasando» y destacó que el Papa nos invita a pensar qué queremos construir a partir de ahora a través de un diálogo social. Según señaló, se trata de una encíclica «contracultural», «esperanzadora» y «alternativa», pues «va en contra de la tendencia» y «nos invita a cambiar el esquema». En dicho texto, se «mezcla el rigor intelectual con el pragmatismo humano».
En esta línea, el también miembro del grupo de comunicación de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente aseguró que el magisterio de Francisco está en consonancia con el magisterio anterior de otros Papas, pero incidió en que «hay matices». En Evangelii gaudium, el Papa dice que el trabajo es clave para sacar a la gente de la pobreza. Sostiene –continuó– que necesitamos un trabajo «libre, creativo y solidario», algo que dijo Benedicto XVI en Caritas in veritate, salvo el concepto de «solidario» que aporta Francisco.
«¿Qué significa solidario hoy?», planteó Canales. «Tiene que ver con la forma de trabajar», señaló, apoyándose de nuevo en Laudato si, que es a su vez «fuente de Fratelli tutti». «El matiz es que Francisco convoca con quien tiene que hacerse escuchar y con quien tiene que seguir construyendo un mundo justo y un trabajo digno», destacó. Para ilustrarlo, narró su experiencia personal tras el encuentro del Papa con movimientos populares en el Vaticano: «Hace trabajar a los movimientos populares sobre Evangelii gaudium. Esto es una forma de gobernar». «Mantuvo un diálogo –agregó– y analizó por qué los trabajadores pierden derechos», a la vez que la cultura del descarte se va instalando cada vez más.
Una Iglesia profética
En tiempos de crisis, con pérdida de derechos y aumento de la precariedad, «nuestro papel de Iglesia tiene que ser un papel de Iglesia profética con lo que está ocurriendo», prosiguió el militante de la HOAC. «Tenemos que estar atentos como Iglesia profética, como padre que quiere el mejor trabajo para nosotros». «Necesitamos que haya mejor voluntad para tender puentes para dignificar el trabajo», dijo, antes de hacer hincapié que en los cristianos «estamos llamados a ejercer la caridad política y la misericordia, denunciar las causas que provoca la injusticia». Francisco habla de esto y «nosotros sabemos que esto puede cambiar».
El seminario, organizado con el apoyo de Cáritas Diocesana de Madrid, terminó con la intervención del cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, que agradeció a los organizadores haber tratado este tema en este momento e hizo un llamamiento a colocar en un lugar central al ser humano, hecho por Dios «a imagen suya». «Que lo que mueva nuestra vida sea no robar la dignidad a nadie», aseveró.