Conoce cómo se financia la Iglesia Católica
La misión de la Iglesia es
evangelizar y llevar a todos el
misterio de la Salvación, pero a veces se nos olvida que para llevar
adelante toda esta tarea evangelizadora son necesarios recursos económicos.
Necesitamos templos, salones parroquiales, sacerdotes a los que hay que
sostener incluso tras su jubilación, un seminario, atención religiosa en
cárceles, hospitales, Cáritas, etc.
La Iglesia no tiene ninguna asignación en los presupuestos generales del Estado desde el año 2007. Otras confesiones religiosas sí tienen asignación directa por parte del Estado a través de la Fundación Pluralismo y Convivencia.
Desde el 2007, en virtud del acuerdo firmado entre el Estado Español y la Santa Sede, la Iglesia recibe solo el 0,7 % de aquellos que voluntariamente marcan la casilla de la Iglesia en su Declaración de la Renta.
El dinero que se recibe por esta vía depende con toda claridad de la coyuntura económica: si la economía va bien, el 0,7 % de los impuestos de la persona que marca la casilla es mayor. Si esa persona tiene que declarar menos porque la economía no va tan bien, el 0,7 % de sus impuestos es menor. En estos años de crisis, aun habiendo aumentado el número de X a favor de la Iglesia, ha disminuido el dinero recibido.
Con el dinero recibido por la vía de la X en la Declaración de la Renta, a nivel nacional, la Iglesia cubre tan solo el 25 % de sus gastos. El resto de los gastos que hay que afrontar, el 75 %, salen de los donativos y las colectas. Por ello es necesario que nos preocupemos por la marcha económica de nuestra parroquia y seamos conscientes de la necesidad de que todos colaboremos con un donativo puntual o periódico según nuestras posibilidades.
El dinero que recibe la Conferencia Episcopal procedente de la X en la casilla de la renta, lo reparte solidariamente entre la 69 diócesis españolas. Las diócesis que tienen menos recursos, reciben más dinero.
En torno al 65 % del dinero de Cáritas procede de un modo u otro de la Iglesia. Con Cáritas ofrecemos proyectos concretos reconocidos por el Estado y que contribuyen al bien de la sociedad. De la labor de Cáritas se benefician más de 5.000.000 personas. Gran parte de la actividad de Cáritas se desarrolla desde las parroquias.
Historia de financiación de la Iglesia
La historia de la financiación de la Iglesia va unida desde el principio a su libertad frente al Estado. De este modo, cuando más libre ha sido para financiarse, mejor se ha entendido su separación del Estado. Antes del Edicto de Milán (313), a la Iglesia se le confiscaban los bienes en el Imperio Romano. A partir de esta ley, puede tener bienes y algunos de los confiscados se le devuelven.
Desde ese momento, la Iglesia fue aumentando su pa trimonio gracias a las aportaciones de los fieles y a diversas tasas con ocasión de la administración de los sacramentos. Además, se fueron estableciendo algunos impuestos como el diezmo.
En el fuero interno de la Iglesia, en el s. IV las normas de los concilios tienden a prohibir la venta de los bienes eclesiásticos, a no ser mediante el cumplimiento de ciertos requisitos. La legislación visigoda (código de Eurico) y los concilios españoles (II y IV de Toledo) sancionan dichas limitaciones, a las que se venía otorgando eficacia civil.
En la Edad Media se mantiene vigente la prohibición de enajenar los bienes eclesiásticos. Prohibición que se plasma en las partidas de Alfonso X el Sabio, así como en el Fuero real (siglos XIV y XV) y en las Ordenanzas de Castilla.
El patrimonio alcanzado por la Iglesia se destina a su labor espiritual, social y cultural.