El cardenal Carlos Osoro explica en su última carta semanal del curso que los cristianos, también en verano, están llamados a «anunciar y llevar al mundo la salvación de Jesucristo», siguiendo la tarea regalada el día del Bautismo pues ese día Dios «también te hizo misionero». «Nuestro mundo está hambriento y sediento de Dios –indica–. Sí, también allí donde pasas el verano».
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