Recuerdo que, cuando comencé a escribir mi carta pastoral de inicio de curso, pensaba en la llamada del Papa Francisco a alcanzar un Pacto Educativo Global. La carta la titulé «Quiero entrar en tu casa». Son las palabras que dirige Jesús a Zaqueo. Fijando en él la mirada, le dice: «Baja, date prisa, quiero entrar en tu casa». Hace falta que en esta casa común también entre y llegue la propuesta de Jesús. El Pacto Educativo Global quiere provocar entre los hombres una nueva solidaridad universal, hoy necesaria y urgente.
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