Hace unos días, en la vigilia de oración que cada primer viernes de mes comparto con jóvenes, acogimos la cruz de la JMJ con la vista puesta ya en Lisboa y dimos el pistoletazo de salida a la peregrinación de una réplica de la misma por parroquias y otras instituciones de nuestra diócesis. Fue una alegría inmensa ver a 3.000 personas en la explanada de la catedral.
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