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Pedro Casado, el «labrador de la undécima hora» que a sus 48 años será sacerdote de la diócesis de Madrid
Charlamos con Pedro Casado ante la imagen de una Virgen Milagrosa en piedra que los propios seminaristas del Seminario Conciliar de Madrid instalaron durante la pandemia; en una de las zonas más recogidas de lo que llaman la huerta montaron unos bancos de madera ante Ella para poder rezar, y esta capilla al aire libre se convirtió en un sitio especial para Pedro. «Siempre tuve más relación con el Señor, pero desde mi entrada en el seminario ha ido creciendo un sentimiento mariano más profundo». De Ella ha aprendido a «saber recordar, saber callar, saber esperar», algo que le ha ayudado «sobre todo cuando vienen los momentos de crisis», que en el seminario a veces pasa, confiesa, que hay momentos «intensos». Son los inevitables «dolores del crecimiento», cuenta, como los de las piernas cuando uno pega el estirón.
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