Las tiendas religiosas recuperan poco a poco el pulso - Alfa y Omega

Las tiendas religiosas recuperan poco a poco el pulso

Begoña Aragoneses
Interior de la tienda de la catedral de la Almudena
Interior de la tienda de la catedral de la Almudena. Foto: Begoña Aragoneses.

Las cosas no están siendo fáciles para las tiendas religiosas, unos negocios que dependen de un turismo inexistente y de un culto que ha dejado de celebrarse con público durante dos meses. Ahora se ponen en marcha con una mezcla de resignación y esperanza ante un futuro totalmente incierto.

Catedral de la Almudena

La tienda de la catedral de la Almudena ha estado cerrada en este confinamiento, pero el equipo que dirige Cristina Tarrero, que gestiona el Museo Catedral y la propia tienda, no ha parado. De hecho, han puesto en marcha las ventas online; han aprovechado para escribir y diseñar las ilustraciones de un cuento sobre la historia de la Almudena, y están desarrollando visitas virtuales de centros educativos al museo a partir de septiembre, para el día que a los alumnos les toque quedarse en casa.

El regreso está siendo flojo a la espera de los turistas, clientes principales, que por el momento están llegando con cuentagotas. Pero la esperanza no se pierde: «Contamos con el turismo nacional para este verano —indica Cristina—; necesitamos, esperamos y deseamos que empiece a haber movimiento».

Un turismo que busca objetos pequeños que encajen bien en la maleta, y económicos para poder regalar a todos los familiares y amigos. Gonzalo, el encargado de la tienda, señala los top ventas: pulseras y rosarios, todos con la imagen de la Virgen de la Almudena, porque se trata de cuidar y difundir la devoción a la patrona de Madrid.

También los belenes, muchos de ellos pequeños, los venden durante todo el año, y casi «más en verano que en Navidad; los de chulapitos tienen mucho éxito». Junto a ellos, lo que se pone de moda: «Ahora, por ejemplo, el anillo de acero con el padrenuestro grabado». Y un 5 % son suvenires de Madrid, «la gente los demanda».

Web: https://museo.catedraldelaalmudena.es/tienda

Los hermanos Santiago y Elena Corrales atienden a un sacerdote en Casa Nazaret. Foto: Begoña Aragoneses

Casa Nazaret

«Detrás de una iglesia cerrada hay un negocio que está sufriendo». Santiago Corrales y su hermana Elena regentan Casa Nazaret, un local familiar en Madrid con más de 130 años de historia, que solo había cerrado durante la guerra civil. «Nuestro padre dice que él no había conocido nunca este terror».

Aún no han podido rescatar a sus tres empleados del ERTE pero, poco a poco, a medida que se han ido relajando las medidas de desconfinamiento, van llegando los clientes y los pedidos. Uno de ellos, precisamente mientras estamos allí: un sacerdote español desde Alemania, que se quedó atrapado cuando se decretó el Estado de alarma, hace un encargo de 500 formas.

«Está viniendo gente con una necesidad imperiosa de adquirir artículos que le den paz como, por ejemplo, una medallita de la Milagrosa. Necesitan reconfortarse espiritualmente y recuperar su fe», explica Elena, que prefiere ser realista de cara al futuro. «Veremos cómo remontamos el vuelo; a estas alturas ya estaríamos pensando en la campaña de Navidad, pero ahora…».

Web: https://www.casanazaret.com

La hermana Teresa con un cliente en Centro Litúrgico. Foto: Begoña Aragoneses

Centro Litúrgico

La hermana Teresa aprovecha para explicar la liturgia a los clientes que acuden a la tienda Centro Litúrgico, que regenta su congregación, las Discípulas del Divino Maestro, en pleno centro de la capital. «Los americanos, por ejemplo, tienen mucha costumbre de llevar un detalle a su párroco, pero a veces hay que explicarles los colores de los tiempos litúrgicos si quieren una estola o para qué sirven determinados ornamentos». O a veces incluso les desiste de comprarles un cáliz «porque para eso los sacerdotes son más especiales, prefieren elegirlos ellos».

Ahora, todo esto tendrá que esperar. «Hay tardes en las que no entra nadie, pero es momento de aceptarlo así», dice, con paz. En el último mes han podido suministrar encargos que tenían desde enero o febrero, «pero este verano, nada». Ni siquiera las túnicas que tradicionalmente les piden para los niños de las Primeras Comuniones. Este año se han aplazado a la vuelta del verano y serán con menos boato, cuenta.

Mientras una madre y su hija compran un crucifijo de pared, un sacerdote «ya de vacaciones, por eso me he quitado el clerygman», bromea, acude a recoger un alba hecho a medida. La hermana Teresa le explica que le han confeccionado el cíngulo a conjunto con la cenefa del bajo. Las hermanas, siempre detallistas.

Web: http://centrosliturgicos.blogspot.com/p/centro-de-madrid.html

Una empleada en la sastrería de Serviclero. Foto: Begoña Aragoneses

Serviclero

La Congregación de san Pedro Apóstol nació hace 400 años para dar servicio al clero y ayudarles en sus necesidades. Hoy en día lo siguen haciendo en Madrid con la residencia de sacerdotes de la calle San Bernardo y la tienda Serviclero, que tiene más de un siglo de historia.

Un servicio que no han dejado de prestar durante este tiempo de pandemia. «Como tenemos sastrería —señala Javier Castelo, el gerente—, hicimos 400 batas de protección para el personal sanitario de la residencia». Junto a ello, una demanda inesperada: la de formas para consagrar que llegaban de sacerdotes que celebraban las Misas en sus casas. Para ello, tuvieron que hacer un pedido especial a quien se las suministra habitualmente, las clarisas de Madridejos, a pesar de que habían parado la producción.

Desde sus casas, las costureras continuaron haciendo sotanas —el producto estrella de sastrería— antes de una vuelta que «ha sido mejor de lo esperado». «Hemos perdido dos meses muy buenos, pero ahora estamos vendiendo mucho, tanto ropa para sacerdotes como formas, vino y velas para parroquias. Yo creo que la gente se ha metalizado de que hay que salir adelante, y no uno solo, sino todos juntos».

Web: http://www.serviclero.com

Unos clientes en la librería San Pablo de Madrid. Foto: Begoña Aragoneses

San Pablo

La reapertura de su tienda ha sido «un cúmulo de emociones» para David Jiménez, gerente de la librería San Pablo de la plaza Jacinto Benavente de Madrid. «Ha habido alegrías tremendas al volver a ver a clientes conocidos que estaban bien, y mucha tristeza al saber que algunos han fallecido». En estos meses han continuado con las ventas online, «porque la gente estaba confinada pero seguía teniendo una necesidad espiritual, más remarcada en este tiempo de crisis».

Ahora, la vuelta está siendo «lenta pero positiva». La librería, que ofrece también lectura no religiosa, está notando «mucho apoyo de los clientes». David explica que «la gente tiene mucha necesidad de libros, quizá por el cambio de hábitos en el confinamiento o por un apoyo a la cultura». Las ventas de artículos religiosos, con una sección propia en la tienda, también han repuntado. «Junio ha sido el mes del Sagrado Corazón y esto ha ayudado, pero además se están vendiendo regalos para Primeras Comuniones y Bautizos» tras el parón de marzo, destaca el gerente.

Web: https://libreria.sanpablo.es

* * * * * * *

Antigua Cerería del Salvador y Librería Egeria

Foto: www.cereriadelsalvador.es

• El actual gerente de la Antigua Cerería del Salvador (Sevilla), Antonio López, programó una vuelta escalonada a la rutina acorde con el ritmo bajo de la clientela y ante una producción lista de cirios y velas que se tendrá que vender ya el año que viene. La fábrica paró el 20 de marzo, en medio de una actividad frenética, para rematar los encargos de Semana Santa. Por eso, «si normalmente en verano dejamos almacenado un 20 % del material, ahora acumulamos el 90 %». Durante el confinamiento, las ventas online han aumentado de forma notable, fundamentalmente de incienso Tres Reyes, producto propio, como artículo más demandado. Con la tienda ya reabierta y la llegada de los primeros turistas volverán las ventas más habituales, entre las que destacan orfebrería, pulseras y medallas. Web: https://www.cereriadelsalvador.es

• En el norte, el Camino de Santiago recibe ya a los primeros peregrinos pero la desescalada no está siendo fácil. Bienvenida García, gerente de la Librería Egeria frente a la catedral de Santiago, describe un mes de mayo «horrible», un junio con algo más de movimiento y un julio en el que la noticia del confinamiento de la comarca de A Mariña, en Lugo, ha sido un nuevo «varapalo». Piensa que su tienda sobrevivirá, pero le preocupan sus proveedores y las editoriales. «Hoy devuelvo siete cajas de novedades de diciembre-enero que no se han vendido, y he parado los presupuestos y modelos de regalitos que estábamos viendo para el Año Santo 2021».Web: http://libreria-egeria.blogspot.com