Noche de los Testigos: «Con estos asesinatos no cambiamos de religión» - Alfa y Omega

Noche de los Testigos: «Con estos asesinatos no cambiamos de religión»

La Almudena acoge la séptima edición de la Noche de los Testigos de ACN, con testimonios como el del padre Wenceslao Belem, de Burkina Faso, amigo del sacerdote asesinado Jacques Yaro Zerbo

Begoña Aragoneses
El cardenal Osoro durante la adoración de la Noche de los Testigos de 2022. Foto: ACN.

La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) organiza este viernes, 24 de febrero, en la catedral de la Almudena la VII Noche de los Testigos, una vigilia de oración por los cristianos perseguidos. Comenzará a las 19:30 horas y estará presidida por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro. «Qué bien viene a nuestra vida y a nuestro corazón ver testigos de Cristo y experimentar que atreverse a estar en comunión viva con Cristo es posible», afirmó en la última edición. En el mundo hay más de 646 millones de cristianos que viven sin libertad religiosa. Miles de ellos son cada año asesinados, encarcelados, secuestrados o amenazados por su seguimiento a Jesucristo. «No nos olvidéis, rezad por nosotros», piden insistentemente a través de ACN.

Javier Menéndez Ros, de ACN España, con el padre Wenceslao Belem en Madrid. Foto: ACN.

Hace suya la petición el padre Wenceslao Belem, de Burkina Faso, amigo de Jacques Yaro Zerbo, sacerdote muerto a manos de hombres armados el pasado 2 de enero. Muy querido en el país, Yaro Zerbo fue profesor de Liturgia y director espiritual del seminario mayor. «Se llevaba bien con todos», afirma el padre Wenceslao, uno de sus muchos alumnos. «Explicaba muy bien» y desarrolló una labor de calado con los seminaristas que no llegaban a ordenarse. «Los acompañaba en la reintegración en la sociedad civil» y se preocupaba por que «siguieran viviendo su fe». Era, además, «un hombre de oración, cuidaba mucho la liturgia, componía cánticos y animaba ejercicios espirituales». Fue, en definitiva, «un sacerdote entregado hasta el final».

El del padre Wenceslao será uno de los testimonios que se escucharán en la catedral. Hablará de la vida del sacerdote asesinado, pero también de la pastoral en un contexto de inseguridad como el que se vive en su país. En conversación con Alfa y Omega cuenta que antes de que el terrorismo yihadista comenzara a hacerse con Burkina Faso, en 2015, los católicos del país celebraban dos Eucaristías el domingo: la litúrgica propiamente dicha y lo que ellos llamaban «la segunda Misa», el rato que se quedaban charlando después, fuera de la iglesia, haciendo comunidad. Ahora acuden a los templos protegidos por la Policía, que les pide volver a sus casas nada más acabar la celebración. «No hay vida social». También relata que antes de que el 40 % del territorio del país estuviera tomado por los terroristas —algunas fuentes apuntan que podría situarse ya en el 60 %—, los católicos estaban organizados en CCB, comunidad cristiana de base, unas agrupaciones de doce familias que cada semana, por turnos, organizaban un rato de oración en las casas. Ahora está totalmente desaconsejado. Antes se hacían campañas vocacionales, de pueblo en pueblo. Ahora hay pueblos deshabitados después de que sus habitantes huyeran ante los ataques terroristas, haciendo que los desplazados internos superen el millón.

El sacerdote asesinado en enero en Burkina Faso, Jacques Yaro Zerbo. Foto: ACN.

Muchos de los proyectos de cooperación para atender a estas poblaciones están bajo el auspicio de ACN y, en este punto, el padre Wenceslao es tajante: «En mi país, las obras de caridad salvan». Salvan porque muchos, de origen musulmán, se convierten, y porque los que no, aun siendo musulmanes, «colaboran con la Policía para denunciar a los que atacan a los católicos». Sobre los crímenes, los católicos de allá dicen que «todos vamos a acabar mártires», porque «con estos asesinatos no vamos a cambiar de religión», sentencia el sacerdote. Lo único que consiguen es «reforzar la fe». «Es la gracia que producen los que mueren por su fe. Su sangre nos da esta gracia de perseverar», concluye.

Puede ver la vigilia pinchando aquí