Vuelve el besapié al Señor de Madrid - Alfa y Omega

Vuelve el besapié al Señor de Madrid

Madrid se prepara para celebrar el primer viernes de marzo venerando a Jesús de Medinaceli, a quien este año, por primera vez desde que estalló la pandemia, se le podrán besar los pies

Begoña Aragoneses
José y Mariano son dos de los fieles que llevan varios días esperando para acceder de madrugada a la basílica. Foto: Begoña Aragoneses.

No ha comenzado el mes de marzo y ya hay devotos de Jesús de Medinaceli haciendo cola a las puertas de la basílica. En realidad, el comienzo de la fila se sitúa a una manzana, en el castizo barrio de las Cortes. Como castizo es Mariano, uno de los que ya espera, tres hijas, seis nietos ya veinteañeros, padres madrileños, abuelos madrileños, nacido en Carabanchel… Pero la tradición de ir a ver al Señor de Madrid no le viene de sus antepasados, sino precisamente de una de sus hijas, que «empezó a acudir con unas amigas» y esto se lo pegó al resto de la familia. «Hace ya 16 o 17 años». Mariano es una de las cinco personas que hacen cola el lunes 27 de febrero, rozando la hora de comer. Que en realidad son cientos más porque cada uno guarda la vez de unos cuantos. No es fácil coger la posición y mantenerla, pero todo lo suple la fe. Mariano, por ejemplo, lleva una semana y media en la fila. Esto le asegurará pasar de los primeros cuando, a las 00:00 horas de este viernes, 3 de marzo, se abran las puertas del templo para que los fieles puedan honrar a su Cristo. «Calculo que entorno a la 1:00 horas». En la capital, a pesar del sol, se ha levantado el día fresco. «Lo malo es el viento», aunque nada que ver con otros años «de nieve, hielo, agua… Pero si algo quieres…». Y Mariano lo que quiere es ver a Jesús y pedirle por su mujer y sus hijas, por los enfermos; «siempre hay algo» aunque justo ahora, «gracias a Dios», ni tan mal. José, el que va delante de Mariano, lleva especialmente este año a su padre muy en el corazón. Un infarto y un ictus le han dejado —tuerce el gesto— «un poco así». Y por esto precisamente ha hecho además una promesa: «Cuando se abran las puertas me descalzaré y haré así todo el recorrido hasta que me toque, y entraré de rodillas». José, que lleva diez años visitando a esta talla de Jesús Nazareno cautivo en su Pasión, va con un grupo de Toledo, aunque él en realidad es de Sevilla.

«Estamos al servicio de la gente, fundamentalmente en la Eucaristía y la Penitencia»
Benjamín Echevarría
Capuchino

La masiva llegada de peregrinos de fuera de Madrid es precisamente una de las notas características de este año. Retoman su ritmo tras un 2020 que se celebró sin besapié, a escasos días del confinamiento a causa del estallido de la pandemia; un 2021 en el que ni siquiera se bajó el Señor de su camarín y un 2022 aún con muchas restricciones. Este año, la normalidad es total, incluida la posibilidad de besar esta talla del siglo XVII. Por eso llevará, de nuevo, la túnica que llaman de los ángeles, más corta por delante que por detrás para dejar al descubierto los pies, «ambos porque en este caso se pueden besar los dos». Lo explica Miguel Ángel Izquierdo, el vicehermano mayor de la Archicofradía de Jesús de Medinaceli, que cuenta que además ese día el Señor de Madrid estará ataviado de gala para las visitas. Lucirá la corona de espinas de procesionar, una joya en oro y piedras preciosas regalo del pueblo de Madrid tras la guerra civil, y, a su espalda, una ráfaga de plata. «Yo siempre digo que hoy [por el primer viernes de marzo] recibe al pueblo de Madrid y devuelve la visita el Viernes Santo [en la procesión]».

El cardenal Osoro ante la imagen en la celebración de 2022, todavía con mascarillas y sin besapié. Foto: Archimadrid / Luis Millán.

El que se pueda dar besos a Jesús influirá en que acuda más gente, porque «somos de tocar y besar», cuenta Benjamín Echevarría, superior de la comunidad de capuchinos que atiende el templo. También de pedir y de dar gracias. Como María Teresa y Use (Eusebia), que a dos meses de cumplir los 80 ahí está, ya en la cola, esperando. Un expresivo «¡uyyyy!» es su respuesta cuando le preguntamos cuánto lleva visitando a Jesús de Medinaceli el primer viernes de marzo. «Mi hija va a cumplir 56 y era chiquitina cuando ya veníamos». «Él siempre está», afirma, refiriéndose a su Señor, pero, como apunta María Teresa, «este es su día». Y hay un tercer factor para acudir a la basílica: la confesión. «Este es el único lugar en el que me confieso», hay quien le reconoce al padre Benjamín. Porque los capuchinos «estamos al servicio de la gente, fundamentalmente en la Eucaristía y en la Penitencia».

Misas cada hora

La basílica de Jesús de Medinaceli ha acogido los días 27 y 28 de febrero y 1 de marzo el triduo de preparación para la fiesta del primer viernes de marzo. Este jueves el templo permanecerá cerrado para su preparación; las Misas serán en la cripta. Este viernes abrirá sus puertas a las 00:00 horas y, en ese momento, comenzarán a celebrarse Eucaristías cada hora, hasta las 00:00 de este sábado, 4 de marzo. La de 12:00 horas estará presidida por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, y las confesiones serán en la cripta.