Homilías

Lunes, 06 noviembre 2023 16:02

Homilía del cardenal Cobo en la Misa del 60 aniversario de Fomento de Centros de Enseñanza (20-10-2023)

  • Print
  • Email
  • Media

Valemos mucho para el Señor. Todos valemos para el Señor. Y Él nos mira esta tarde con una mirada especial. A todos los que nos hemos reunido. A todos: desde los más pequeños hasta los más mayores. Gracias, deán de la catedral, que también nos acompañas. Gracias Mariano Fazzio, el vicario auxiliar de la Prelatura. Ignacio, vicario regional. Y los vicarios de Madrid. Gracias presidente de los colegios de Fomento, y director, y todos los que de una u otra forma estáis en la parte activa de toda esta acción.

El cristiano, cada cristiano, aprende a agradecer y a descubrir cómo Dios pasa a través del tiempo. Porque el tiempo es creatura de Dios. Un tiempo que, en este caso, comienza por la preocupación por la educación integral de personas y de familias concretas, en un momento concreto de la historia. En esta preocupación por educar, después de 60 años, hoy estamos aquí convocados. Fomento de Centros de Enseñanza celebramos cómo allá por 1963 comienza con un proyecto educativo que por aquel entonces era novedoso, porque lo impulsaba un grupo de familias y de educadores que anhelaban que sus hijos recibieran en el colegio una educación católica y global, tal y como vivían en sus familias. Se constituyeron y se apoyaron en las pautas de san José María Escrivá de Balaguer, que hablaba a estas familias de su responsabilidad como primeros educadores. Y, desde esa pauta, se lanzaron a la acción.

Así, con sus enseñanzas, aquellas primeras familias decidieron crear colegios católicos que ofrecieran, y así lo manifestáis, una buena formación académica, humana y cristiana. Ya son 60 años de aquel colegio que, en Córdoba en 1963, empezó la andadura. Y, en estos años, más de 30 colegios por toda la geografía española.

Hoy, por eso, es un momento espléndido para dar gracias a Dios por ese milagro. Y por ese gran número de alumnos y alumnas que han pasado durante estos años por las aulas de Fomento. En muchos lugares, y en todas las profesiones, de algún modo siguen haciendo realidad lo que han aprendido en estos colegios. Y hoy nos decís cómo muchos padres y madres que pasaron por el colegio se han reconducido al colegio, verdad, y cómo se han convertido en animadores también, en profesores, en aquellos que están impulsando esta obra.

Pues hoy, con alegría, desde los más jóvenes hasta los más mayores, venimos a dar gracias y a rezar por ellos: por los educadores, por las familias, por los chicos y las chicas, por cuantos a lo largo de estos años aquí han sembrado sus vidas, y por cuantos miembros tanto del Opus Dei como de toda la iglesia han ayudado a dar vida a este proyecto. Porque todo lo que hacemos en nombre de Jesús, la Iglesia lo acoge, lo hace suyo y lo abraza con su catolicidad.

Hoy, la Palabra de Dios, la de la lectura continuada, nos muestra a un Jesús que va buscando la verdad de las cosas. Un Jesús que está empeñado, cuando tiene que analizar las cosas que tiene, a quitarnos todo velo de hipocresía, de dobles lecturas, para irnos a descubrir lo fundamental. Y eso es por lo que estamos aquí. Descubrir hoy lo fundamental: que lo fundamental alomejor no son los números, que lo fundamental alomejor no son las extensiones.. Lo fundamental para Jesús es lo que valen las personas. Lo que valemos cada uno de vosotros. No tengáis miedo. No tengáis miedo. En un mundo de descarte, en un mundo muy violento, en un mundo de agobios, en un mundo donde cuesta mucho sacar las cosas adelante, ¿verdad?... ¡Cuántos disgustos! ¡Cuántas preocupaciones! Jesús nos dice: no tengáis miedo. Porque la gente os puede mirar de muchas formas, pero para Dios valéis mucho. Para Dios, valéis mucho.

¿Y quién puede decir esto a la gente? ¿Quién puede decir esto a la cantidad de familias que tenemos a nuestro alrededor? ¿Quién puede seguir diciendo esto? ¿Y cómo decirlo? ¿Cómo repartir esta buena noticia que el Señor nos da y nos dice? Ante la maldición que muchas veces nos sueltan por ahí, ante la cosificación que a veces nos hacen de las personas, o ante la irrelevancia que nos ponen como un número, ¿quién puede ayudar a mirar al ser humano y a nosotros mismos como Dios nos mira, con la valía que tiene? Ese es Jesús. Ese es Jesús. Y un Jesús que hoy, a todos los que hemos venido aquí, a todos los que queremos presentar como Iglesia la obra de sus hijos, como la obra de Fomento hoy, Jesús lo primero que nos pide es aprender a mirar como Dios mira.

¡Qué complicado alguna vez! ¿Verdad? ¡Qué complicado mirar como Dios mira! Esa es la primera labor del educador: enseñar a cada chaval, a cada familia, enseñar que Dios le mira de una forma especial; que ahora, cuando te dicen que lo importante es el currículum, que lo importante es lo exterior, que lo importante es lo bien que te vaya en la vida..., hay alguien que te está diciendo desde el principio: vales mucho para Dios. Quizá es la primera tarea educativa. Quizá es la primera misión que vais haciendo. Y, por eso, el Evangelio entra, y la vida de la iglesia entra en vuestras aulas. Porque vamos continuamente a decir que la educación plena, lo que va llevando, es a reconocer el paso de Dios en la vida de las personas. Y que, sin Dios, la persona se cae y se vuelve insignificante, y llega el miedo, y llega la facilidad de manipulación.

Descubrir que Dios es importante, que Dios nos mira, es quizá una de las tareas de toda educación católica. Y quizá es hoy un elemento a presentar delante del Señor. La cantidad de historias que han pasado por vuestras aulas, ¿verdad? La cantidad de procesos. La cantidad de familias. La cantidad de disgustos, diréis algunos. Pero sí: los disgustos resucitados, los disgustos que terminan en Eucaristía. No dejéis, queridos hermanos, de ayudar a que cada alumno, cada familia, pueda escuchar a través vuestro: «Tú vales mucho». «Vales mucho más de lo que piensas». Y se lo diremos en la educación, en los patios, en las reuniones, en las Eucaristías. Pero que cada uno y cada una aprendan a ser valorados por Dios, y a reconocer el paso de Dios por la historia.

La identidad cristiana, la educación personalizada, la calidad educativa y la atención a cada alumno y a cada familia es una característica de vuestro proyecto. El promover estos valores es lo que os da cuerpo. Y el cuidar de todos como nos manda Jesús. Esto es lo que hace que vuestra comunidad educativa sea cristiana, y se lance a ser voz de Dios en medio de vuestras aulas. Pues, quizá, para que oigan esta voz de Dios, primero se lo tendremos que decir. Pero habrá que hacer algo más. Jesús, cuando habla con sus discípulos, lo que les llama es a mirar al mundo. Mirar. Y Jesús discierne. Y, si tiene que hablar con los fariseos, habla con los fariseos. Y Jesús enseña a mirar de una forma distinta. Quizá ese es otro de los grandes retos que tenemos en la educación. No simplemente dar contenidos, que se dan, sino hacer procesos para que cada persona y cada familia aprendan a responder ante las llamadas que Dios hace en nuestro mundo; que aprendan a saber y a discernir dónde está el Evangelio, y qué es la respuesta que Dios está pidiendo.

Necesitamos centros educativos. Necesitamos procesos que hagan que las personas sean conscientes, competentes, compasivas y comprometidas. Y nosotros tenemos la llave: el propio Evangelio. No os olvidéis nunca. Ahí está la llave. El aprender a mirar el mundo con la claridad con que Jesús lo mira. Y eso fascina. Y vosotros lo sabéis. Fascina. Y eso, no hay belleza más grande que el ofrecer en cada cosa que se hace esa fascinación del Evangelio.

Y, por último, si queremos transmitir esta mirada y celebrarla, porque eso es lo que traemos aquí, tanta vida hecha y celebrada, hoy es un buen momento para renovar delante de Jesús nuestra vocación. Admiramos la vocación de los educadores. La admiramos. Porque no es simplemente de dar unas clases, o no es simplemente estar en un colegio. ¿Verdad? No es simplemente hacer algo: es descubrirlo como una llamada del Señor. Y hoy os invito a todos los que estáis aquí a que, al venir a esta Iglesia, renovemos nuestra vocación. Si estamos aquí no es una casualidad: es porque el Señor nos ha llamado. Y cada uno ha respondido de una manera. Tú, viniendo al colegio; vosotros como familias; otros trabajando en él; otros pasando por el colegio y recogiendo todo lo que han sembrado. No es una casualidad. Dios ha llamado, y hemos ido respondiendo.

Os invito a todos, hoy, al celebrar estos 60 años y proyectarnos al futuro, a renovar la llamada del Señor a esta tarea educativa y comunitaria. Porque eso es también vuestra Identidad. Tarea educativa y comunitaria. Y sabemos que una educación sin vocación acaba siendo una administración más. Seguid dando alma a lo que hacéis. Y ese alma se llena cuando renovamos día a día nuestra vocación. Y cuando lo hacemos sintiéndonos abrazados por la Iglesia, que es la que nos anima y es la que llena de contenido cuanto hacemos.

Por eso, hoy presentamos ante el Señor la tarea de estos años. Gracias por vuestro esfuerzo. Por todo lo que repartís. Gracias por todo lo que habéis y todo lo que se da, especialmente por aquello que no se ve. Por aquello, que se pone y nadie lo ve. Y solo lo ve el Señor. Pero forma parte de esta tarea educativa y cristiana con la que hoy celebramos la Eucaristía. Gracias educadores. Gracias sacerdotes. Gracias todos los que trabajáis aquí. Gracias familias. Y gracias chicos y chicas que formáis parte de esta familia que se entronca con la vida de la Iglesia. Hoy renovamos nuestra vocación. Hoy nos dejamos tocar por el Señor para mirar con sus ojos. Y hoy descubrimos que el Señor sigue pasando por nuestras vidas, y sigue realizando su plan y su reino también a través nuestro.

Arzobispado de Madrid

Sede central
Bailén, 8
Tel.: 91 454 64 00
info@archidiocesis.madrid

Catedral

Bailén, 10
Tel.: 91 542 22 00
informacion@catedraldelaalmudena.es
catedraldelaalmudena.es

 

Medios

Medios de Comunicación Social

 La Pasa, 5, bajo dcha.

Tel.: 91 364 40 50

infomadrid@archimadrid.es

 

Informática

Departamento de Internet

C/ Bailén 8
webmaster@archimadrid.org

Servicio Informático
Recursos parroquiales

SEPA
Utilidad para norma SEPA

 

Search