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El deseo profundo del ser humano se orienta ineludiblemente hacia la búsqueda de la felicidad y la realización personal. Urge, cada vez más, la construcción de la «casa común», en la que cada uno pueda aportar la belleza de su originalidad creativa.Estas razones, junto a la trayectoria planteada en la Universidad de Otoño de los últimos cursos, orientada hacia un trabajo sistemático de la antropología, ha llevado a la Delegación Episcopal de Enseñanza a hacer una opción concreta en este año por el trabajo sobre la inteligencia moral.
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