Leyendo un día los escritos de y sobre la madre Teresa de Calcuta, me impresionó cómo entendió que su vida era para los otros, muy especialmente para quienes no tenían nada. Esto me llevó a pensar en cómo educar para servir a todos y no a uno mismo. Descubrí que la mejor manera de entender quién es el otro y qué quiere de mí se podía descubrir con más hondura escudriñando y ahondando en lo que significan estas palabras de Jesús en la cruz: «Tengo sed».
|