Pasaron ya los ruidos y los silencios de la JMJ que compartimos con intensidad. Estos días seguro que han hecho posible el posar, escuchar y acoger los rumores de propuestas y luces que el Señor te haya podido ofrecer entre tantas sensaciones y vivencias.
Es por eso por lo que no quisiera dejar pasar la oportunidad de proponerte un pequeño esquema de oración que puedes luego compartir, si así lo ves, con la gente de tu grupo o con los amigos que te acompañaron en la JMJ. Hasta puede ser un esquema de reunión para compartir con quienes no pudieron venir, pero seguro tienen experiencias que compartir contigo.
Para recordar lo vivido podéis volver a escuchar aquel texto del evangelio que fue como el canto de fondo de cada encuentro:
Lc 1 39En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá;40entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo 42y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 43¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? 44Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. 45Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
Después, relee despacio este texto que ha sostenido los momentos importantes de la JMJ. Orando con él, puedes recordar los momentos más significativos del encuentro y hacer presente en tu memoria y corazón las llamadas, que de una u otra forma, has recibido del Señor. Después de este trabajo personal, podrías compartir lo orado con la gente de tu grupo o comunidad, tanto con los que han participado, como con quienes no lo han hecho.
Preguntas que pueden ayudar a la oración:
1.- ¿Qué momentos o sentimientos se han quedado más grabados en ti de lo vivido en la JMJ? ¿Cuáles guardas con más intensidad?
2.- ¿Qué palabras o mensajes destacas o más te han llegado personalmente?
3.- Desde lo que has vivido: ¿Descubres alguna llamada, alguna palabra o signo de la
presencia de Dios en estos días? ¿Dónde has sentido la presencia de Dios?
4.- Desde lo que has descubierto: ¿Qué te dice el mismo Jesús sobre cómo puedes crecer en la fe personal y comunitariamente este curso? ¿Qué puedes hacer y aportar como novedad en tu vida este curso? ¿Te animas a hacer un “Proyecto de vida de fe” para este curso?
Como ves, solo pretendo ofrecer pistas para que todos acojamos lo que Dios hizo allí, para que la Iglesia diocesana reciba también, por medio de ti, este regalo.
No olvides leer, de forma creyente, todo cuanto Jesús ha estado entre nosotros estos días que compartimos. Espero que la oración y la puesta en común sirva de preparación al encuentro del día 7 de octubre, al que te convoco junto con todos los jóvenes que quieran revivir lo que compartimos y con quienes quieran unirse para seguir construyendo el futuro de nuestra diócesis, por encima de las ricas particularidades de cada parroquia, movimiento o comunidad.
Te espero el sábado 7 por la tarde en el Seminario Conciliar y en la explanada de la Catedral. Y gracias por orar cuanto hemos vivido. Seguro que descubres el paso de Dios.
José Cobo Cano
ARZOBISPO DE MADRID