25 Aniversario de la Catedral de la Almudena

 

Himno del Año Jubilar


 

Siempre estuviste aquí

Himno a Santa María de la Almudena en el Año Jubilar Mariano por el 25 aniversario de la consagración de la catedral compuesto por el padre Toño Casado

 

Almudena, Almudena…

 

Aunque surjan murallas en mi corazón

y escondida parezca mi fe

siempre estuviste aquí,

Madre, cerca de mí

para mantenerme en pie.

Aprendiendo contigo como recorrer

el Camino que es Vida en Jesús,

siempre estuviste aquí,

Madre, cerca de mí.

Juntos seguimos su Luz.

 

Y haremos lo que Él nos diga

como nos recuerdas tú

llevando Buenas Noticias:

La Palabra que es Jesús.

En tus brazos hoy, María,

la Luz queremos llevar

viviendo con alegría

nuestra fe que Luz nos da.

 

Almudena, Almudena…

 

Vivo tiempos complejos de sombra y dolor,

mil murallas para separar;

La ciudad es Babel,

difícil de entender,

exclusión y soledad.

Tú, María, que velas por esta ciudad 

y a tus hijos cuidas con amor

dinos cómo llegar

y mil puentes tender

a los que lejos están.

 

Y haremos lo que Él nos diga...

 

Madre de la Almudena que cuidas Madrid,

míranos,

que sintamos tu Amor,

que vivamos la fe

para hacer una Nueva Ciudad 

donde UNIDOS podremos estar.

 

Partituras

 

Explicación

Por el autor

 

Siempre estuviste aquí

María siempre está y ha estado con nosotros, la veamos o no.

Almudena, Almudena… Aunque surjan murallas en mi corazón y escondida parezca mi fe, siempre estuviste aquí, Madre, cerca de mí, para mantenerme en pie.

La Virgen de la Almudena estuvo muchos siglos oculta en el interior de la muralla hasta que esta se derrumbó al paso de la procesión dejando ver a la imagen iluminada por dos velas… Aquellos cristianos que vivían su fe en tiempos difíciles no sabían que María estaba con ellos, oculta, pero siempre presente. Las murallas nos separan, nos ocultan, nos hacen sentirnos lejanos de los otros. Lejos de Dios, lejos de María.  También hoy María está con nosotros a pesar de las adversidades y las propias debilidades. Ella nos anima a permanecer en pie, con dignidad y esperanza. Y sigue rompiendo las murallas que levantamos para no ver a Dios. Su presencia nos trae la dignidad de sabernos Hijos de Dios e hijos de María. «He ahí a tu Madre».

Aprendiendo contigo como recorrer el Camino que es Vida en Jesús, siempre estuviste aquí, Madre, cerca de mí. Juntos seguimos su Luz.

Somos discípulos de Jesús, al igual que María. Y no seguimos una teoría abstracta sino a una persona real, a Jesucristo, que nos anima a vivir la vida dinámicamente, recorriendo nuestro camino, transitando la vida de Jesús en nosotros que es el Camino y la Vida y la Verdad. Con María seguimos a Jesús que es nuestra luz. No nos perdemos, como los barcos que se guían por el faro.

Y haremos lo que Él nos diga, como nos recuerdas tú, llevando Buenas Noticias: la Palabra que es Jesús.

«Haced lo que Él nos diga» es el consejo que María nos da todos los días para cambiar nuestra agua limitada e incapaz de hacer fiesta al vino de la alegría y del Reino de Dios. «Id y anunciad el Evangelio a todas las naciones». Con María llevamos la Buena Noticia de Jesús, la Palabra hecha carne. No nos anunciamos a nosotros, anunciamos la mejor de las Noticias: Jesucristo. Somos discípulos y misioneros.

En tus brazos hoy, María, la Luz queremos llevar, viviendo con alegría nuestra fe que Luz nos da.

Igual que el niño Jesús sonriente y feliz en brazos de la Almudena, nosotros estamos seguros en los brazos de la Madre y haciendo eco de aquella velas de luz que permanecieron encendidas, queremos llevar la Luz de nuestra Fe que es la que nos enseña cómo ver el mundo y la realidad, cómo ver a nuestra ciudad y a nuestros hermanos. Y lo hacemos dando testimonio con alegría como nos dice el Papa Francisco. La Misión se hace eficiente con la sonrisa.

Almudena, Almudena... Vivo tiempos complejos de sombra y dolor, mil murallas para separar; la ciudad es Babel, difícil de entender, exclusión y soledad.

Las ciudades a veces son duras para sus habitantes. Vivimos una época de enfado social y mucha gente sola y deprimida. Vivimos apiñados pero solos. No nos entendemos, cada uno habla un lenguaje que a veces ni siquiera es entendido, si tiene la suerte de ser escuchado. Vivimos en Babel. El descarte de los ancianos, el paro de los jóvenes, la exclusión lo que vienen o los diferentes es una realidad dolorosa para muchas personas.

Tu María que velas por esta ciudad y a tus hijos cuidas con amor, dinos cómo llegar y mil puentes tender a los que lejos están.

Sin embargo, María sigue velando por todos sus hijos, creyentes o no. Son sus hijos, todos. Ella está cerca de ellos aunque no la vean por sus propias murallas de desconocimiento o desinterés. Y María nos enseña que frente a las murallas lo mejor es tender puentes, ir a los que están lejos, ya sea por la distancia o por las ideas.

Y haremos lo que Él nos diga... Madre de la Almudena que cuidas Madrid, míranos, que sintamos tu Amor, que vivamos la fe para hacer una Nueva Ciudad donde UNIDOS podremos estar.

Santa María de la Almudena  es la advocación más antigua de la ciudad. Terminamos pidiéndole que frente a la muralla de la insensibilidad religiosa o el sentirnos seguros en nuestra torre de marfil en la Iglesia, seamos capaces de sentir su amor de Madre y vivir nuestra fe con orgullo y alegría, una fe que nos impulsa a construir la Nueva Ciudad en la que vivir la Unidad por encima de nuestras diferencias. Una Nueva Ciudad, un nuevo mundo es posible. Amor, Fe y Esperanza para terminar nuestra canción que nos anima al optimismo y la evangelización.

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