El pasado sábado, cerca de 300 jóvenes se reunieron en la sede de la Delegación de Infancia y Juventud para abordar las principales conclusiones de los Parlamentos de la Juventud que, a lo largo del mes de mayo, se han celebrado en las ocho vicarías territoriales de la diócesis.
En los corrillos, los participantes subrayaban que «es muy importante que la Iglesia escuche a la sociedad joven» y valoraban que estos encuentros, impulsados por el cardenal Osoro, consiguen «hacer de la Iglesia algo cercano». «Por primera vez se nos da voz y voto», agregaban.
Ahora –reconocían varios jóvenes– tienen la tarea de «leer la realidad a través de las palabras de Jesús» y «dar testimonio de su Amor» a sus coetáneos. «Esto no puede quedar aquí, ahora tenemos que ir fuera, contárselo a todos los jóvenes con los que convivimos y a los que no conocemos también».
El arzobispo de Madrid, que se encontraba en Roma para participar precisamente en los trabajos preparatorios del próximo Sínodo de los jóvenes, compartirá las conclusiones con prelados de todo el mundo. «Gracias por vuestra alegría, por vuestro trabajo, por vuestra entrega, por vuestra cercanía, por vuestra preocupación por las cosas de Dios que necesitamos entregar a los hombres hoy y las cosas de los hombres que necesitan la luz de Dios», dijo en un mensaje en vídeo.
En el encuentro estuvieron presentes los obispos auxiliares monseñor José Cobo, monseñor Santos Montoya y monseñor Jesús Vidal, así como varios vicarios y sacerdotes que trabajan en la pastoral juvenil de la diócesis.
Monseñor Cobo les lanzó varios consejos: «Esta es una experiencia de diócesis: llevadlo a vuestros sitios. No esperéis a que otros os lo digan. Inventad cosas. Tirad adelante. Movilizaos. Cuidad la diocesaneidad. Vivid intensamente. Vivid vuestra vocación laical. Este espacio es vuestro por la llamada de Dios. Desde el Bautismo. ¡Adelante! ¡Sed motores de cambio ahora!o Construid comunidades cristianas. No anunciamos solos, no trabajamos solos, no cambiamos las cosas solos. Construid comunidad cristiana y sed rostro de la Iglesia».
Por su parte, monseñor Vidal valoró la «necesidad de un compromiso y una entrega reales» de los jóvenes y les dio las «gracias por empezar este camino, por encender una luz y ser testigos en este mundo».
