Este lunes, 15 de marzo, el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, presidió una Eucaristía de acción de gracias por el centenario del nacimiento de la madre María Dolores Segarra (1921-2021), fundadora de las Misioneras de Cristo Sacerdote, y por la promulgación del Decreto de Virtudes heroicas por el Papa Francisco el pasado 29 de septiembre. La Misa tuvo lugar en la capilla de la casa general de la congregación, en Las Rozas, debajo de la cual reposan los restos de la venerable, lugar que visitó el prelado antes de la ceremonia, para rezar y encomendarse a ella.
La Eucaristía fue concelebrada por varios sacerdotes: el padre Elías Royón SJ, vicario episcopal para la Vida Consagrada; Juan Carlos Merino, vicario episcopal de la VII; José Antonio Buceta, párroco de San Miguel de las Rozas; Daniel Sevillano, capellán del colegio Santa María de Las Rozas de las Misioneras de Cristo Sacerdote, entre otros sacerdotes cercanos a la comunidad de religiosas: Alfonso Rodríguez, padre Francisco Vidal, Borja Armada y Jesús Fernández.
La celebración, que fue retransmitida en directo a través del canal de YouTube de las Misioneras de Cristo Sacerdote, contó con la presencia de autoridades civiles, como el alcalde de las Rozas, José de la Uz Pardos, religiosas de la congregación y parte de la comunidad educativa del colegio -profesores y alumnos-, así como algunos miembros del APA y de la Asociación Santa María de Las Rozas para la Cooperación Internacional.
En su homilía, el cardenal señaló que «ensalzar a Dios es lo que quiso hacer la madre María Dolores Segarra fundando esta congregación que ahora ofrece la vida por los sacerdotes, colabora en las parroquias, y ayuda a que se construya, se viva, se difunda el misterio de Cristo que se hace realidad en los sacerdotes». Para el arzobispo de Madrid, «su carisma no se entiende sin este paradigma de cuidar de verdad, desde el fondo al ser humano, a la persona. Por eso, apuntó, «este día en que recordamos a su fundadora, las Misioneras de Cristo Sacerdote, desde su carisma, quieren orar y ofrecer la vida por aquellos que, de alguna manera, tienen que hacer presente el misterio y el ministerio de Jesucristo nuestro Señor. En este día, nosotros sentimos alegría del paso de esta mujer en esta vida». «María Dolores es una mujer buena que no vivió para sí misma: vivió para acercar el gozo y la alegría que Dios da en la vida de los hombres», aseguró. «Una mujer excepcional», concluyó.
Por su parte, la madre general, María Isabel Arias, dio las gracias a todos por su presencia en este día tan especial que se ha vivido con mucha ilusión por parte de todos. Y en el que se han tenido presentes a las hermanas de las comunidades que se encuentran en las diferentes partes de España y de Perú, y que no han podido asistir debido a la pandemia.
En esta jornada también se ha celebrado una Eucaristía de acción de gracias en las distintas parroquias en las que colaboran las Misioneras: Huéscar, primera casa de la congregación, presidida por el monseñor Francisco Jesús Orozco, obispo de Guadix; Granada, presidida por el vicario general de la Diócesis, Francisco Espigares; Cáceres, presidida por el administrador diocesano, Diego Zambrano; y Perú, presidida por el administrador parroquial, César Ovalle.