Solo hay otro relicario en el mundo como el que el pasado domingo, 10 de julio, bendijo el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, en la parroquia Santa Soledad Torres Acosta y San Pedro Poveda, en Las Tablas. Está en Cracovia, tiene 36 centímetros de alto y representa a san Juan Pablo II peregrino. De Cracovia llegó precisamente a Madrid una réplica exactamente igual con la reliquia del Papa polaco en su interior.
La idea de pedirla partió de la comunidad polaca que acoge esta parroquia de Las Tablas, que la querían como un «regalo» para toda la feligresía. «Aquí somos de la familia, no algo aparte», señala el padre Marek Raczkiewciz, su capellán. «En la parroquia hay muchos niños y jóvenes que aman a san Juan Pablo II» y además, destaca este redentorista polaco, el Papa «para los polacos es alguien que nos motiva a mantener y transmitir la fe, y al mismo tiempo enseña que hay que amar a la patria, la cultura, la lengua…».
Solicitaron la reliquia al cardenal Dziwisz, pero nunca imaginaron, ni el padre Marek ni el párroco, Roberto Rey, que les fuera a enviar sangre del santo, «una reliquia primordial». «La parroquia tiene ahora un tesoro», señala el capellán polaco, que servirá para profundizar en el magisterio de Wojtyla como Pontífice y «hará mucho bien» a una feligresía fundamentalmente compuesta por familias jóvenes.
En este sentido, Roberto Rey apunta que, «de alguna manera, Juan Pablo II es el Papa que han tenido los padres». El Papa de las Jornadas Mundiales de la Juventud, en las que se despertaron sus vocaciones: «Los niños que tenemos en catequesis son los frutos de ese amor que promovió en ellos». Un Papa, añade el párroco, «que si a algo se dedicó fue a la pastoral de la familia». La reliquia, ahora, «afianza ese rumbo familiar de la parroquia» y es un recuerdo constante de ese «legado» del santo polaco, que es el «impulso de evangelizar».
«Hacernos prójimos»
El arzobispo de Madrid recordó, durante la Misa que celebró en el templo para bendecir la reliquia, que él fue nombrado obispo, hace ahora 25 años, por «ese gran Papa». «El don del episcopado se lo debo a Cristo a través de él». Durante la homilía, el cardenal Osoro destacó cómo Jesús se hizo presente a través de la vida del santo polaco, y que «en san Juan Pablo II pudo tener [Jesucristo] esa mirada misericordiosa y compasiva a todos los hombres». También hizo alusión a la capilla que se dedicará en su honor en la catedral de Santa María la Real de la Almudena.
Haciendo referencia a la parábola del buen samaritano, proclamada en el Evangelio, el purpurado explicó que «necesitamos hacernos prójimos […] también de quien ha olvidado a Dios», tantos que «los tenemos a veces a nuestro lado». En este sentido, recalcó, «el anuncio del Evangelio hay que hacerlo con la alegría que Jesús nos da cuando entra en nuestro corazón».
Durante la celebración –que contó en el coro con un grupo de mujeres polacas vestidas con trajes regionales–, el arzobispo administró el sacramento de la Confirmación a 43 jóvenes y adultos. Además, junto a la reliquia de Wojtyla bendijo también otra del beato Jerzy Popiełuszko (1947-1984), regalada al movimiento de laicos Encuentro y Solidaridad. Sacerdote polaco hijo espiritual de san Juan Pablo II, Popiełuszko fue capellán del sindicato Solidaridad. Murió torturado por el régimen comunista.
Oratorios «para aprender a hablar con Dios»
Fue un día de fiesta para la parroquia porque, como señala el párroco, «la visita de nuestro pastor» siempre es «importante». La jornada concluyó con la bendición de los nuevos salones parroquiales en los que se desarrollarán los oratorios del padre Carbó «para que los niños aprendan a hablar con Dios», afirmó Rey.
Llevarán el nombre del cardenal Osoro, algo que a él le hizo especial ilusión porque, recordó, siendo arzobispo de Valencia los implantó en todas las parroquias y «disfrutaba mucho viendo a los niños en el oratorio». «Vamos a seguir anunciando el Evangelio –animó el cardenal como conclusión de su visita–, que es lo único que merece la pena: marcar dirección y sentido, que es Cristo».
