El jueves 28 de abril se celebra el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo y el domingo 1 de mayo es el Día Internacional de los Trabajadores, dos fechas que el Secretariado de Pastoral del Trabajo de Madrid va a celebrar con sendas Eucaristías.
La Misa del día 28 tendrá lugar, a las 19:00 horas, en la parroquia Virgen del Mar (calle Peones, 2 – Metro San Blas) y estará presidida por el vicario para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación, José Luis Segovia.
La del día 1, por su parte, se desarrollará a partir de las 10:00 horas en la parroquia Nuestra Señora de las Angustias (calle Rafael de Riego, 16 – Metro Atocha) y estará presidida por el obispo auxiliar monseñor José Cobo. Desde el secretariado subrayan que, al caer en domingo, no se celebra la memoria de san José Obrero, sino el III domingo de Pascua, pero se puede hacer alusión en la monición de entrada y en la oración de los fieles, incluso también en la homilía.
«El sistema económico desprecia la vida»
Ante el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, proclamado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2003, el Secretariado de Pastoral del Trabajo denuncia en un comunicado que «existen grandes deficiencias» en la prevención de los accidentes laborales y de las enfermedades profesionales y lamenta que este problema «es poco visible».
De acuerdo con la Unidad de Siniestralidad Laboral de la Fiscalía General del Estado, a pesar de la pandemia y el confinamiento severo que castigó a sectores como el turismo, en 2020 en España se produjeron 399.978 accidentes con baja, 528 de ellos mortales. Y solo entre enero y febrero de 2022 se han producido 168.415 accidentes laborales, de los que 136 han sido accidentes mortales, 664 accidentes graves y 90.580 accidentes con baja.
Al hilo de estos datos, desde el secretariado lamentan que «este sistema económico se construye despreciando la vida y salud de muchos trabajadores y trabajadoras». «Nuestro compromiso nos lleva a impulsar una nueva cultura del trabajo que “no puede prescindir de un marco legislativo más adecuado, que satisfaga las necesidades reales de los trabajadores, así como de una sensibilidad social más profunda sobre el problema de la protección de la salud y la seguridad, sin la cual las leyes seguirían siendo papel mojado” (Discurso del Santo Padre a la Asociación Nacional de Mutilados e Inválidos del Trabajo)», aseveran.
En este sentido, manifiestan su «solidaridad con las personas trabajadoras y los familiares que han sido víctima de accidentes de trabajo o que ven como el trabajo les arrebata su salud». Y unidos al Papa Francisco, les recuerdan que «Dios consuela a los que sufren, habiendo sufrido Él mismo, y se acerca a cada situación de indigencia y de humildad».