Queda menos de un mes para que comiencen en Lisboa los actos centrales de la Jornada Mundial de la Juventud. El Papa Francisco ha confirmado que estaría en esa cita, uno de los acontecimientos más esperados para la juventud católica de todo el mundo. Quiere el Santo Padre estar con los jóvenes, a los que aconseja «que no hagan caso de quienes reducen la vida a ideas».
Con este motivo, el viernes 7 de julio, la catedral de Santa María la Real de la Almudena acogió la última vigilia de oración de los primeros viernes de mes junto al ya arzobispo emérito del Madrid, cardenal Carlos Osoro.
La delegada episcopal de Jóvenes de la archidiócesis de Madrid, Laura Moreno, hablaba de este acto y de la JMJ el pasado 7 de julio en El Espejo de Madrid de la Cadena COPE.
P. En el pasado mes de octubre hablábamos de Madrid Live Meeting porque de alguna forma, con la vigilia del pasado viernes, se concluye este curso de preparación diocesana de los jóvenes para esa gran cita en Lisboa, para ese gran momento que supone para sus vidas este encuentro eclesial de la juventud en torno al Papa, que a buen seguro, de una u otra forma, marcará sus vidas…
R. Ha sido un curso muy rico, con muchos actos, con una preparación estupenda… Casi 7.000 jóvenes se preparan para ir a la JMJ con la diócesis de Madrid y más de 4.000 con movimientos, asociaciones, pero todos de Madrid.
P. Es evidente que nada de esto tendría sentido si cada uno de esos jóvenes no hubieran tenido ese encuentro personal con Jesucristo. Pero a la vez, qué importante es tener, es vivir en comunión esta fe, como van hacer los jóvenes en el mes de agosto.
R. El cardenal Carlos Osoro les ha comunicado a lo largo de estos años, en un diálogo continuo con ellos, en oración... Siempre ha tratado de comunicarles dos cosas, que como decía el Papa: por una parte, no ideas, sino la persona de Jesucristo, y por otro lado, la Iglesia como casa común, como la casa de Dios, sobre todo comunidad de comunidades y como escuela de vida. Estos dos mensajes han sido centrales en el pontificado que don Carlos les ha dirigido a los jóvenes. Muchos lo reconocen así y esta noche se lo agradecerán.
P. Aunque han pasado ya doce años, es evidente que los que tenemos algún años más no podemos dejar de recordar la JMJ de Madrid de 2011. El obispo auxiliar de Lisboa y responsable de la JMJ, monseñor Américo Manuel Alves, nos ha visitado en estos meses, también desde la Delegación de Juventud os habéis hecho presentes en Lisboa. Me imagino que de alguna forma han buscado nuestros consejos en la organización de este evento.
R. Sí. Hemos estado en comunión hace más de un año y medio. De hecho, una orquesta JMJ se ha formado en Lisboa. Son pequeñas cosas que creo que son huella de la JMJ de Madrid y que vamos a percibir, así como de todas las novedades que la Iglesia en Portugal ha preparado para este evento. Hubo mucha comunión en este camino, la española es la delegación más amplia ya que somos vecinos.
P. De una JMJ se vuelve con el depósito de fe rebosante.
R. Todos los que hemos tenido experiencia, sin duda se vuelve con fe rebosante, renovada, de anunciarla y en muchos casos también la llamada a entender el camino que Dios quiere para ti y, por tanto son experiencias inolvidables y nosotros desde la organización no queremos que ningún joven que desee participar se pierda este evento.
P. Hay muchas personas a las que les renace o reflorece su fe con fuerza, e incluso otras encuentran su vocación; algunos al matrimonio, otros a la vida sacerdotal y religiosa. Cada JMJ es de alguna forma una primavera de la Iglesia. En la JMJ se afina el oído y el corazón para descubrir esa llamada del Señor…
R. Es como si la catolicidad, toda la Iglesia católica, pasara a vivirse plenamente como signo, también como un sacramental en algún lugar del mundo, presidida por el Papa, se encuentran miles y miles de jóvenes que siguen a Jesucristo. Parece un acontecimiento extraño para el mundo de hoy, sin embargo, es la locura del amor en la Iglesia y damos gracias a Dios que sigan continuando con Papas mayores, como san Juan Pablo II o Benedicto XVI o ahora, que gracias a Dios parece recuperar su salud, el Papa Francisco.
