Los miembros de la vida consagrada de la Archidiócesis de Madrid están convocados este sábado, 29 de noviembre, al tradicional retiro de Adviento organizado por la Vicaría Episcopal para la Vida Consagrada. El encuentro, presidido por el cardenal José Cobo Cano, arzobispo de Madrid, dará comienzo a las 10:00 horas con una meditación inicial.
Después, se propondrá un tiempo de silencio para la adoración al Santísimo. La jornada concluirá con la celebración de la Eucaristía a las 12:00 horas.
«Iniciamos el Adviento, tiempo de esperanza, en este Año Jubilar que ya se acerca a su fin, poniendo nuestra confianza en el Señor», señala el vicario episcopal para la Vida Consagrada, padre Aurelio Cayón.
Como recuerda el cardenal José Cobo en su Carta Pastoral de inicio de curso, «la razón última de nuestra esperanza es que, como ocurrió con los discípulos de Emaús, el Maestro ha decidido caminar a nuestro lado y quedarse con nosotros en los atardeceres de nuestra vida». En esta línea, el padre Aurelio Cayón subraya que desean comenzar el Adviento «rezando como consagradas y consagrados unidos a nuestro Pastor».
El vicario trae también a la memoria las palabras del papa León XIV en el encuentro que mantuvo el pasado 10 de octubre con los participantes en el Jubileo de la Vida Consagrada. El Santo Padre recordó que «es en la interioridad, cultivada en la oración y en la comunión con Dios, donde echan raíces los mejores frutos del bien según el orden del amor, en la plena comunión de la singularidad de cada uno, en la valorización del propio carisma y en la apertura a la Iglesia, al perdón. En la apertura universal de la caridad».
Por ello —explica el padre Aurelio—, al rezar a las puertas del Adviento junto al cardenal José Cobo, «queremos también unirnos a las intenciones de la diócesis en este año pastoral», así como a «la oración y la colaboración en las líneas pastorales que el arzobispo de Madrid nos anima a cuidar». Entre ellas, destaca «la implantación del catecumenado de adultos, la formación diocesana del laicado, la asamblea presbiteral, el impulso de la pastoral juvenil y vocacional y la implementación de la sinodalidad en toda la diócesis, que continúa siendo un eje transversal de nuestra acción pastoral».
En definitiva, el objetivo de este retiro «es unirnos para rezar con nuestro Pastor y escuchar sus palabras». Porque —concluye— «él siempre nos anima a seguir al Señor desde nuestra vida consagrada, en comunión con la Iglesia y al servicio de los hombres y mujeres de nuestro tiempo».
